El nombre Slayer es difícil de traducir. No solo porque la palabra tenga muchos significados (violentos, la mayoría), sino porque ninguna capturaría fielmente la poderosa energía y a la vez lo fácil que es encariñarse con la música del grupo.
Con 36 años de carrera a cuestas, Slayer son considerados pilares importantes del metal por las crudas letras y los riffs memorables del guitarrista Kerry King. Slayer –junto a Metallica, Megadeth y Anthrax– conforma los cuatro grandes del thrash metal y su sonido influyó la aparición de géneros más extremos de metal.
El grupo visitará el país por segunda vez ese lunes 1.° de mayo, un concierto en el que esos treintaytantos años de carrera será repasados. La cita es en el Anfiteatro Coca-Cola de Parque Viva, un espacio que se inaugurará en los conciertos de metal.
La productora Move Concerts habilitó el lugar a fin de que 7.000 seguidores del grupo puedan disfrutar de esta presentación, de la intensidad sónica y visual que solo Slayer puede proveer.
Slayer es violencia, es guitarras pesadas y una marca que va más allá de lo musical. Recientemente se editó un cómic basado en una serie de videoclips que promocionaron la música de su álbum Repentless (2015). También tienen una marca de vino y una de cerveza artesanal.
Aunque el líder del grupo Tom Araya ha expresado el cansancio que siente de andar tantos años de gira, Slayer se ha renovado. La muerte del guitarrista Jeff Hanneman y la salida del baterista Dave Lombardo desarmaron la alienación clásica del grupo, pero la nueva sangre le ha caído bien a Slayer.
El baterista Paul Bostaph y el guitarrista Gary Holt se sumaron a Araya (bajo) y Kerry King (guitarra) y esa será la alineación que se presente frente al público nacional este lunes.
Viva entrevistó a Bostaph, quien ya había sido parte del grupo de 1992 al 2001 y quien ahora suma cinco años de haber regresado. Bostaph conversó largo y tendido sobre las dinámicas de la banda en el estudio, los negocios extra musicales de Slayer y una posible reunión del Big Four.
El álbum Repentless es especial porque es el primero sin Hanneman y está usted en la batería, ¿Cómo cree que esto cambió la dinámica?
Traigo algo nuevo porque soy una persona diferente al baterista que reemplacé (Dave Lombardo). Cuando toco las canciones que él grabó trato de realzarlas y creo que eso es lo que haría cualquier músico respetable.
En cuanto a las grabaciones, no lo sé, yo soy yo, tendrías que preguntarle s a los otros. Tengo mi rol creativo y afortunadamente ya tenía una historia en la banda, no me tomó mucho tiempo volver a instalarme en Slayer.
Algunas reseñas de Repentless señalaban que el grupo tenía un sonido vintage y eso se evidencia muy bien en cómo suena la batería. ¿Querían buscar ese acabado?
No realmente, creo que estábamos buscando cómo debía sonar un álbum de Slayer, lo queríamos crudo, fuerte, un sonido “en tu cara”. De mi parte traté de encontrar un sonido fuerte en la batería y creo que lo logramos.
Slayer tiene una posición interesante en la industria, porque el metal es tratado como un nicho, pero su banda puede vender 49.000 copias en una semana...
Hablo por mí, pero no pienso mucho en eso, menos cuando estamos grabando. Creo que hacer un disco se trata más de alinear el buen material que tengamos, hacer lo mejor que podamos. Hacer arte es más acerca de quedar satisfecho que de complacer a la gente, por eso no creo que las ventas sean algo que consideremos al componer. Si a alguien le gusta lo que hacemos, es un bonus para nosotros.
Es común que cuando recién sale un disco le pregunten si hay más material, ¿cómo lidiar con esa presión?
Cuando uno quiere hacer buena música no puede apresurarse, hacer eso es buscar el fracaso. Pero tampoco creo que uno deba tomarse mucho tiempo, en cierto punto tienes que tomar la canción y decir “esto queda aquí”. En Slayer hay personas muy creativas y una canción puede ser cambiada una y otra y otra vez. No hay una fórmula, pero entre mejor trabajen las personas en el grupo mejores resultados habrá.
Tom Araya dijo hace un tiempo que estaba bastante cansado de salir de gira. ¿Le afectan esos comentarios como compañero de banda o al mismo grupo?
Amo a Tom y creo que es normal que en una carrera tan larga las personas se sientan cansadas. No puedo hablar por Tom, pero creo que estamos armados, estamos listos para seguir.
Kerry King ha dicho que le gustaría hacer de nuevo una gira con el Big Four, ¿le gustaría ser parte de algo así?
¡Me encantaría! Sería un honor, espero que suceda. Me encantaría ser parte de algo así, podría ver a Metallica, Anthrax y Megadeth todas las noches, ¿te imaginas algo así? ¡Sería genial!
Lo único desafortunado que pasa con el Big 4 es que son cuatro y hay un montón de otras bandas que te hacen preguntarte, ‘¿no son ellos igual de buenos?’.
Hace unos días me preguntaron en una entrevista “¿qué tal si hubiera un Big 5” y yo dije, bueno si así fuera, tendría que ser un Big 6, porque hay muchas bandas buenas y de mis amigos, no podría escoger solo una. Por supuesto que las bandas que se escojan no dependen de mí, pero como fanático, me encantaría ver a más grupos en el escenario.
Creo que el formato de Big Four, le da a los fans de esta música y a los músicos mucha credibilidad –algo que ya tiene–, pero el punto es que se vuelve algo grande y le da un empujón hacia arriba a todo el heavy metal .
El negocio de Slayer cambió bastante desde la útima vez que usted fue parte. Tienen vinos, cervezas y hasta cómics con la marca. ¿Siente que es más complicado ahora?
Pues no tengo un rol en eso, esas decisiones son de Tom (Araya) y Kerry (King), ellos son los que se encargan de esas partes.
¿Y qué opina de esos nuevos negocios?
Me gusta porque son ideas con las que llegan algunas personas y ellos deciden si se hacen o no. El cómic fue basado en los videos y me encantó.
De niño me encantaban los cómics y fue muy divertido verme a mí mismo dibujado en una historieta. La primera vez que me vi en el cómic pensé ¡así no me veo yo! ( ríe ).
Me parece que los fans de Slayer están más abiertos a ese tipo de contenido...
Creo que esa apertura no es exclusiva de los fans de Slayer, sino los fans de metal. Pueden ver películas de terror o pueden ver películas muy gráficas y dicen “¡ Wow , eso fue genial!”. Yo sería el tipo en el cine que dice “¡Oh no” ¡No quiero ver eso!”, pero cada persona tiene sus gustos.
No podría decir que el cómic es para todos los fans de Slayer pero sí que explica el video Repentless .
La idea del video vino del director y para nosotros fue como participar en una película con distintos escenarios. Nos dieron una visita guiada por los sets en donde se había filmado y había chorros gigantes de sangre en las paredes, era falsa pero nunca había visto algo así, me impresionó.
¿Y cómo se siente escuchar las letras de Slayer cuando no se es tan fan del material gráfico?
No me malentiendas, quizá en el cine diga “¡No quiero ver eso!”, pero igual lo veré, aunque me genere un shock . “El material gráfico me impacta y me sorprende porque así es como debería hacerme sentir”.