“Creemos que se ha encasillado mucho a que esto solo interesa a ecologistas o chancletudos , pero esto es un tema que debería ser de todos”. Así resume Nativa, gestora cultural y rapera la posición y los lazos que hay en el país entre la escena de músicos y el activismo ambientalista.
Para ella y sus colegas, la música es un vehículo para acercar a las personas información, plantear problemas y soluciones a estos conflictos.
Así, los compositores nacionales siguen tratando el tema ambiental en su música y participan de manifestaciones con el propósito de que la música acerque a la población a los distintos retos de la lucha ambiental.
Activismo. Para Nati Vargas, Nativa, la creación artística debe estar ligada a temas sociales. “No concibo el arte sin trasfondo o que no despierte mentes, pero eso es decisión de cada artista”, declaró en una entrevista telefónica.
No obstante, la rapera señala que aunque hay varios artistas comprometidos en tratar temas de política, no son tantos los que se acercan a los ambientales.
“Es curioso porque este país se promociona como un paraíso verde y muchas políticas no reflejan eso. La música es importante para visibilizar todas estas cosas”, declaró Nativa.
Ella lanzó para el Día del Ambiente, el sencillo Furia ancestral , un homenaje a las mujeres latinoamericanas que han organizado comunidades contra la explotación de los recursos naturales.
Nativa cree que hacer música es solo una parte de su compromiso. “Creo que hay que ir más allá: gestionar proyectos y generar propuestas y trabajar con las comunidades”.
Lo mismo piensa Mauricio Delgado, baterista de Raza Bronze. El grupo prepara la grabación de temas como ¿Quién putas mató a Jairo Mora? y La foca, una canción sobre la extinción de una especie, un tema viejo que, finalmente, será grabado en un estudio.
Delgado, por su parte, colabora con Bloque Verde, una organización social que en este momento plantea una lucha contra la explotación piñera.
“Hace muchos años que las piñeras tienen regulaciones muy suaves en este país, casi han estado por la libre y gracias a eso estamos viviendo algo muy parecido a lo que pasó con las bananeras”, explicó el baterista, quien puede detallar los esfuerzos de las comunidades afectadas.
Su participación también se ha extendido a las manifestaciones, en las que –él cree– no puede faltar la música.
“En una lucha, un tambor es tan importante como un diputado, como una persona que reclama sus derechos o un científico. La gente cree que tocamos por llamar la atención, pero el tambor es el corazón, lo que une en una marcha. Si necesitan un tambor y me toca estar a mí solo tocando, ahí voy a estar”, prometió Delgado.
Medios y formas. Aunque las luchas están vivas, algunos músicos anotan que la creación de música con temas ambientales ha disminuido.
“En los años 90 era más común oír canciones de protesta. La cultura musical costarricense ha perdido esa parte de contenido y principios y se ha enfocado más en la parte de imagen”, comentó Mauricio Delgado.
Otros, como Alejandro Sánchez, creen que solo ha cambiado la forma y los medios en los que se tratan esos temas.
“Yo no creo que al ambiente y la naturaleza es solo el bosquecito con los animalitos. En una ciudad también hay temas ambientales qué discutir y nuestra relación con todo entorno y otros seres humanos me parecen temas ambientales”, dijo.
Sánchez es ingeniero agrónomo y produce música para los proyectos Begotten, de ambient y Aokigahara, de noise.
Sin letras, pero con títulos sugestivos como Tierra adentro –un disco corto que se inspiró de la cosmovisión indígena–, el músico turrialbeño ha izado una bandera en la música experimental a favor de la conservación ambiental.
La cantautora Guadalupe Urbina no cree que las canciones de tema ambiental estén en decadencia, sino que han disminuido los espacios de protesta en los que estas sucedan.
Ella también considera que para que una canción tenga un mensaje ambientalista, esta no debe ser necesariamente explícita en ello.
“Una cosa es un discurso político o panfleto, que tiene su importancia y su impacto, y otra cosa es la canción, que puede contener elementos que sugieran algo”, declaró Urbina.
“Si mis canciones reflejan mis ideas y el compromiso que tengo con la conservación y la lucha contra todo lo malo que está pasando (al ambiente) está bien”, señaló Urbina.
“Pero creo que hacer discursos políticos, decir ‘que se vayan las piñeras’, le toca a los políticos”, finalizó.
Reuniones
Al ser la música una buena razón para reunir y movilizar personas, algunas organizaciones han apostado por organizar festivales que acerquen al público a la temática ambiental y los inviten a tener una experiencia que les presente alternativas.
Tal es el caso del Festival Envision, que este 2017 celebró su sétima edición en Costa Rica. Año tras año la organización ha negado la etiqueta de “festival de música” y trata de posicionarse como una reunión para la transformación y la más importante en Latinoamérica.
En Envision, los asistentes tienen acceso a charlas sobre desarrollo sostenible, la vida reduciendo los desechos, cultura holísitoca, yoga, entre otras cosas. La música es una forma de acercar al público nacional y extranjero a esos temas.
De manera similar, el festival Sw!ch, a celebrarse del 16 al 18 de junio en la Antigua Aduana, quiere ofrecer al público las herramientas para “aprender a cambiar el mundo”.
“La idea de Sw!ch es acercar a todo el país a datos alarmantes sobre el ambiente, datos que muchas veces se quedan solo en la comunidad científica”, declaró Luis Montalberth. Él es cantante del grupo Gandhi y cofundador y director de la Fundación Pro-energías Renovables (FUPER).
El Festival Sw!ch es la “plataforma de comunicación” de la organización: la necesidad urgente de hacer un cambio en los hábitos de consumo entre los costarricense y establecer un compromiso con el ambiente.
“Tenemos muchos hábitos nocivos y para generar cambio de comportamiento requerimos un esfuerzo. Queremos ayudarle a al gente a accesar a un mundo emocional ecológico para enfrentar este esfuerzo y por eso es importante esta experiencia”, explicó Montalberth.
El vocalista y director de FUPER cree que, para generar un cambio la una combinación indicada es un poco de música y un poco de información.
“El arte y la cultura es la forma de involucrar emocionalmente a las personas con todo el conflicto”, manifestó Montalberth. La música tiene la capacidad de unir a las personas y contagiarles un espíritu de resiliencia. Solo así vamos a poder hacer frente a todo lo que está pasando”