Sobre la arena están el Sol y la Luna –ambos son escenarios– , y frente a ellos, y a lo que se vislumbra será una multitud, una bahía que, vista desde el cielo, parece tener la forma de la cola de una ballena.
La imaginación se queda corta cuando se trata del Envision Festival , y este año tendrá su segunda edición en Costa Rica: más de 100 artistas en una misma jornada; cuatro espacios activos –tanto para conciertos como para
El Envision Festival 2012 que será del 1.° al 4 de marzo es más que una jornada para ir a ver conciertos. Es cierto que es un mar de música, pero también es cierto que hay un número generoso de expertos para entrenar en yoga y de expertos en materia de ecología –a lo largo del festival se puede aprender de permacultura, que es un sistema de diseño para la creación de asentamientos humanos sostenibles–.
“Es toda una convivencia; tiene el mismo espíritu de otros grandes festivales como el Burning Man (en el desierto de Nevada), donde la expresión artística no se limita a los escenarios, sino que se extiende al sitio mismo y hace una comunión con la gente que asiste al festival”, explicó Luigi Jiménez, músico y también productor por Costa Rica para el Envision Festival.
Es por ello que la zona del festival, en este caso el Marino Ballena, no se asume como un lugar para conciertos, sino que se convierte en una zona de convivencia. El Envision Festival es una simbiosis.
Es un ir y venir; un dando y dando de parte de la música, el arte, las expresiones artísticas alternativas, los estilos de vida saludable y amables con el planeta y de parte de los que son creadores de esos artes, los que arman el festival y el público que asiste al sitio.
Para muestra un botón. Las estructuras para los escenarios son amables con la naturaleza y son obras de arte en sí mismas. Son de bambú y con diseños vanguardistas, algunos elaborados por DubLab y Bamboo DNA, colectivos que montan a lo grande obras visuales en festivales de alto nivel en el mundo como el Burning Man.
La simbiosis del Envision Festival se da, en gran parte, con la estancia en el Marino Ballena. Tanto artistas como equipo de trabajo y el público acamparán en el parque nacional.
“Esa es una experiencia muy interesante, porque no en todos los festivales se rompe esa barrera de ‘yo, el artista, aquí’ y ‘ustedes el público, por allá’. Aquí se trata de hacer una verdadera comunidad por cuatro días; gente conviviendo en armonía con otra gente y conviviendo en armonía con el planeta”, confesó Luigi Jiménez.
En esa comunidad que es el Envision Festival, se vive por cuatro días alrededor del arte en sitio, los conciertos y los
El Envision Festival tiene eco fuera de las fronteras de Costa Rica, y la producción local confirmó que desde el extranjero han comprado, al cierre de esta edición, más de 1.300 entradas.
En la edición anterior, en marzo del 2011, el Envision atrajo a personas de Estados Unidos, Brasil, España y Centroamérica.
En el jugoso cartel destaca The Earth Harp, un tendido de cuerdas en gran formato y que toca, de pie, una sola persona.
También resalta en el Envision la banda estadounidense Incus, con su particular y fresca combinación de música que viene del Medio Oriente, África, Europa del Este y de los indígenas estadounidenses.
Uno de los platos principales del Envision Festival serán Beats Antique, proyecto formado en los Estados Unidos, y que hace una amalgama entre
Lucent Dossier Experience es otro de los proyectos importantes dentro de la actual edición del Envision Festival. El proyecto, que se ha presentado en festivales como Coschella y Lollapalooza, es un
Love and Light, de Estados Unidos, también es uno de los puntos altos del Envision Festival, con una particular fusión sonora que va dirigida al corazón y al alma.
Sonámbulo, Santos & Zurdo, Camilo Poltronieri en un acoplado con The Earth Harp; Zopilot, Ojo de Buey, Lucho Calavera & La Canalla, Javier Portilla, Huba & Silica, Caca de La Vaca y Melissa O, son algunos de los convocados. Sus trabajos permitirán ver en escenario desde música electrónica hasta fusión tropical y psicodélica,
Otros artistas nacionales se repartirán durante todos los días del festival en dos espacios más para hacer danza, yoga, acrobacias aéreas en telas y mucho más.
Es como irse a otro mundo, aunque sea por cuatro días.