El cantante Fabbián Bonilla y sus compañeros de Mantra fueron pura energía en el escenario. Durante media hora, los costarricenses entregaron todo cuanto pudieron de su repertorio.
Con una puntualidad envidiable, a las 8 p. m., el Ricardo Saprissa quedó a oscuras. Los gritos entusiastas llenaron todos los rincones y, finalmente, aparecieron en escena el baterista Roberto Pana, los guitarristas Víctor Alfaro y Adrián Aguilar, el bajista Carlos Flores, y Bonilla.
Sin perder tiempo en presentaciones innecesarias, los ticos comenzaron a demostrar porqué fueron los elegidos para ser los teloneros de Slayer.
Su música hizo que todos olvidaran el frío o la lluvia que bañó Tibás, horas antes. Cabezas en movimiento, cual coreografía obligatoria abundaron, mientras, en la tarima, los de Mantra se veían disfrutando a lo grande.
En sus 30 minutos de gloria, la banda tica ofreció temas de distintas épocas, como Planeta odio y Fucking Hostile .
Sin perder mucho tiempo, valioso tesoro para los músicos, Bonilla agradeció a sus seguidores; en especial, a quienes les siguen la pista a lo largo de sus 23 años de trayectoria.
Luego, la música continuó. La energía sobre el escenario seguía creciendo y, sin duda, la buena respuesta de una parte del público hizo que así fuera.
A las 8:30 p. m., los de Mantra dieron las gracias una vez más, por la oportunidad de estar ahí.