Al final de su concierto de gala en el Teatro Nacional, un público fascinado obligó a repetir a los Niños Cantores de Viena el sonoro “¡Pura vida!” con el que se despidieron.
Ante un Teatro Nacional casi lleno, el coro infantil más célebre del mundo se despidió este domingo de la serie de tres conciertos que ofreció en el país con motivo del Festival de Música Credomatic.
Firmes con sus trajes de marineros, los 24 niños del coro masculino acompañaron al director Oliver Stech en un recorrido por un repertorio clásico de Couperin, Purcell, Haydn, Mozart y Mendelssohn.
La primera parte del concierto se completó con una seguidilla de canciones folclóricas europeas que permitieron mostrar la versatilidad interpretativa de los jóvenes cantantes. Concluyeron este segmento con un alegre baile tradicional austriaco, al son de la canción Y cuando deshiela , que el público celebró con profusos aplausos.
En casa. Stech saludó al presidente Luis Guillermo Solís y a su familia, quienes estaban presentes en el recinto, y les dedicó la segunda parte del espectáculo.
Esta nueva parte empezó con la nota alta de dos canciones de The Sound of Music : la homónima y la simpática The Lonely Goatherd . En esta parte, los chicos se dan oportunidad de jugueteos con sus voces como en Hail, Holy Queen , parte de la película The Sister Act .
Quizá una de las partes más aplaudidas fue la consagrada a música latinoamericana, como una cálida El tren macho (Andy Icochea), la bella Guadalajara y Cielito lindo , recibida con suspiros en la audiencia.
El director del coro aprovechó para presentar la diversidad de nacionalidades dentro del coro, y pidió a los niños que identificaran sus países (Corea del Sur, Eslovaquia, Japón, México y Austria).
El cierre estuvo compuesto por una selección de polcas de la familia Strauss, componente fundamental del repertorio del coro y recibido, una vez más, con abundantes aplausos y ovaciones de pie. Stech invitó al Presidente al escenario para despedirse del coro.
A la salida, Solís comentó: “Fue extraordinario. Siempre es muy enternecedor ver a los Niños. Cada parte del concierto tuvo sus delicias, pero claro, uno siempre se identifica más con las canciones latinoamericanas”. El coro interpretó dos canciones más antes de irse.
Zuleika Suárez llevó a su hija de 8 años, Paula Chaverri, quien estudia piano. “Me parece importante que vi muchos niños en el teatro. La trajimos para que viera que otros niños en el mundo se dedican a la música”, explicó.