20-11-2011/Ambiente previo al concierto de Pearl Jam/Fotografias: John Duran (John Duran)
Colaboradora
Tan variadas fueron las formas de pasar las horas en la fila, como distintas las características de las personas que esperaban ayer el inicio del concierto de la banda Pearl Jam en el Estadio Nacional.
Algunos esperaron desde el jueves, otros llegaron ayer muy temprano y unos pocos fueron más osados y dejaron para la tarde la espera en la hilera cuya extensión, a eso de las 2 p. m., ya era de más de un kilómetro de largo, desde la entrada del área VIP.
Durante el recorrido por la fila, se observaban actividades llamativas para matar la espera. Los principales protagonistas eran hombres, aunque una que otra mujer llegó a ocupar su espacio en la fila.
El escenas daban para mucho, la acera y el césped al lado este del recinto deportivo fueron los que recibieron a cientos de personas que aguardaban la presentación de la noche, pero también para muchos deportistas que realizaban sus ejercicios en La Sabana.
Esta situación provocó una variedad visual muy interesante, ya que mientras los seguidores de la banda aguardaban sentados o de pie, los deportistas se perdían entre los tumultos de gente.
De esta forma, se podía observar a un círculo de amigos jugando con un balón y haciendo malabares con la pelota; más atrás en la fila otro grupo, mucho mejor organizado preparaba carne asada en una parrilla con carbón.
Al lado de la fila, en las canchas anexas al estadio, se desarrollaban dos partidos de fútbol entre equipos aficionados, lo que suscitó que algunos de los seguidores de Pearl Jam se convirtieran en ese momento en fanáticos de uno u otro equipo y terminaran hasta discutiendo por las decisiones arbitrales.
Banderas con dibujos, letreros con mensajes de apoyo para la banda, todo tipo de comidas y bebidas eran parte del ambiente que rodeó el Estadio Nacional durante el día.
No podían faltar quienes animaban la mañana con chistes y bromas mientras se resguardaban del sol bajo improvisadas carpas hechas con bolsas plásticas.
La camaradería que se vivía en la fila para ingresar al espectáculo fue tal, que hasta quienes llegaron solos, terminaron haciendo nuevas amistades.
Algunos visitantes extranjeros afirmaron sentirse “como en casa” con el ambiente que se vivió durante las horas de espera.