Redacción
Optimismo y alegría: dos palabras que están impresas de principio a fin en el nuevo disco de Sir Elton John.
La estrella pop de 68 años estrenó el 5 de febrero el álbum número 33 de su carrera y, acostumbrado a dar bombazos, explicó que en él muestra cuán feliz es. La verdad, eso se siente, se escucha; los fans tienen la oportunidad de compartir con Elton su alegría en cada uno de los temas de Wonderful Crazy Night.
El británico, que visitó Costa Rica en el 2012, hace alarde de la bonanza que embarga su vida personal. Las canciones son piezas excepcionales con gritos de esperanza combinadas con la complicidad de sus músicos de cabecera –con quienes no grababa en estudio desde el 2006– en un reencuentro que el mismo artista calificó como una reunión llena de ilusión.
En entrevista con Los Angeles Times, John reveló sus intenciones con este disco, y parece que lo logró: "Yo quería hacer un álbum alegre porque estoy en un lugar alegre. Tengo una gran banda, tengo una gran carrera, tengo una gran relación con mi marido, tengo dos hijos maravillosos; soy muy, muy afortunado. Quería volver hacer un disco que suene como cuando estamos tocando en el escenario".
A pesar de que su vida gira en torno a las presentaciones en directo, John aseguró que irá mermando los conciertos para aprovechar más tiempo al lado de su familia. Aunque afirmó esto, tiene una agenda tupida de compromisos durante todo el año.
Hablar con música. Es conocida la calidad artística de Elton John y esta es la principal razón por la cual los fanáticos de su obra le imponen tácitamente un tope altísimo de exigencia a cualquier nuevo proyecto que presente.
Como respuesta enérgica, John le da a sus escuchas una dosis de rock and roll retomando aquellas raíces que lo llevaron a la cima a mediados de los 70 con el exitoso Rock of the Westies.
Por el momento, dejó atrás las baladas más románticas y en este disco se apodera de sonidos de guitarras eléctricas, su inseparable piano y una percusión que invita a bailar.
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Para su nuevo álbum, volvió a contar con el apoyo musical de grandes compañeros que han sido pieza clave en sus glorias. Tras grabar en el 2013 el disco The Diving Board solo acompañado por su piano, a su lado regresaron el guitarrista Davey Johnstone, el baterista Nigel Olsson y el percusionista Ray Cooper.
Con ellos, el estilo tradicional con bases de blues y uno que otro toque de pop resultó en el sonido rocanrrolero que se entona en cada una de las piezas.
Este bien podría convertirse en uno de los álbumes más memorables de la estrella, aunque según le dijo a ABC, ya no le importa hacer éxitos, sino sentirse orgulloso de sus producciones.
En el apartado de la lírica, los temas son el producto de una vieja cooperación artística. John y su compatriota el letrista Bernie Taupin se reunieron para escribir las canciones.
Esta convivencia, que se vio interrumpida por un periodo de dos años (1977-1979) ya lleva varias décadas de existir y de la dupla han nacido himnos como Your Song o Rocket Man.
Gracias a las brillantes mentes detrás del disco, sobresalen temas como Looking Up, en la cual destaca una frase que John actualmente utiliza como una bandera de vida: "Estoy mirando más hacia arriba que hacia abajo, la vista es mejor cuando miras por segunda vez", reza la pieza.
Además, en The Open Chord, las palabras hacen honor a su vida familiar: "Una nueva escoba barre los pecados que ya no se usan... recorta los cuernos que el diablo me hacía llevar todo el tiempo".
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"Nunca he sido más feliz. Cumplo 69 años en marzo y me siento muy joven interiormente. El cuerpo te falla en algunas ocasiones, pero lo que te mantiene vivo es la voluntad de aprender y de escuchar", le dijo a ABC. Ese estado de ánimo que envuelve al artista claramente influenció a Wonderful Crazy Night.