En el 2009, Trent Reznor le puso el freno a los motores de su proyecto más reconocido en el mundo: Nine Inch Nails, la criatura que lo llevó del anonimato a ser la voz de una generación, la influencia de la manada que vendría después y, eventualmente, el innovador por excelencia en una industria que cada año se volvería más conformista.
Alegando estar cansado y consumido por el ritmo de vida que le demandaba su banda, el músico estadounidense reveló en aquel momento que, si bien pondría la bestia a descansar, no se alejaría del todo de la creación artística, sino que buscaría nuevos caminos.
Cumplió con su palabra: rápido se armó de una nueva banda, How to Destroy Angels, junto a su esposa Mariqueen Maandig y dos de sus más longevos colaboradores, Atticus Ross y Rob Sheridan.
También aceptó la invitación del cineasta David Fincher para componer la música para The Social Network , banda sonora que le valió un Óscar, justo cuando también trabajaba en los sonidos de la narrativa de The Girl with the Dragon Tattoo , otra cinta de Fincher.
La leyenda de Nine Inch Nails, mientras tanto, se seguía alimentando. Acechaba a los fans la interrogante de si la maquinaria responsable de algunos de los álbumes y conciertos más impactantes de la historia reciente del rock volvería al mundo de la música. La especulación abundaba, dadas algunas declaraciones del artista acerca de su nuevo proyecto para el 2013.
En mayo, el acertijo se resolvió: “He sido menos que honesto acerca de mis últimas andanzas”, escribió Reznor. “El último año he trabajado secretamente en un nuevo disco de Nine Inch Nails. (...) Mis otros proyectos me estimularon creativamente y decidí enfocar esa energía en llevar a Nine Inch Nails a un nuevo lugar”.
El alivio y la expectativa vinieron por igual. El octavo álbum de la banda –titulado Hesitation Marks – llegará a las tiendas manaña, martes 3 de setiembre, bajo el sello Columbia. Came Back Haunted , el primer sencillo, se estrenó el 6 de junio; semanas después, un video del tema –dirigido por David Lynch–, catapultó al álbum desde YouTube.
Finalmente, Nine Inch Nails regresó a los escenarios en julio, mediante una gira por algunos de los festivales de música más grandes del mundo. A finales de setiembre, el grupo encaminará una seguidilla de conciertos en solitario, que lo llevará a presentarse en las más importantes arenas de Estados Unidos.
Nueva urgencia. Hesitation Marks nació en el 2012, cuando Reznor entró al estudio de grabación para entregarle dos canciones a Interscope Records, las cuales formarían parte de una compilación de grandes éxitos que el músico le debía a la compañía disquera.
Jugando con sus instrumentos y multiplicando ideas, Reznor llegó a la conclusión de que dos canciones no serían suficientes, pues estaba inspirado como para componer una obra completa de la banda. La compilación, entonces, quedó postergada para el 2014, y Reznor buscó aliados para la producción.
Como ha sido común desde el nacimiento de Nine Inch Nails, Reznor se encargó de todas las letras, la composición y la gran mayoría de la interpretación en el disco (el tipo toca guitarra, bajo, piano, sintetizador, saxofón y tuba, entre otros instrumentos). A la vez, compartió los créditos de producción con Atticus Ross y Alan Moulder.
También lo acompañaron varios músicos de sesión, entre los que destacan Adrian Belew (de King Crimson y Talking Heads), Lindsey Buckingham (de Fleetwood Mac) y Pino Palladino (de The Who y John Mayer Trio).
El resultado final es un álbum superlativo, no en la grandeza de su sonido, sino en lo abrasivo de su minimalismo musical. Hesitation Marks acopla de una manera consecuente la obra de Reznor en la primera década de los 2000, y le agrega las texturas y los paisajes sonoros que incluyó en sus bandas sonoras y en How to Destroy Angels.
Luego de dar a conocer su autodestrucción, de externar malestares políticos, de criticar la ingeniera social del mundo moderno y de intentar embestir la ferocidad materialista de la humanidad, Reznor regresa a sí mismo, en paz con el todo, hasta con sus demonios, que siguen presentes, pero ya no le ganan la batalla. Ahora, se sabe un actor directo de su vulnerabilidad, y lidia con ello de mejor manera posible.
“He aprendido a reconocer, mucho de ello forzado a través del proceso de recuperación, que estoy mal cableado de cierta manera; el equilibrio químico de mi cerebro tiende un poco a la depresión”, le dijo el artista a The Guardian .
Al medio le explicó el hecho de que el álbum sea más tranquilo: “El disco fue escrito desde el otro lado de ese viaje. La desesperación, la soledad, la rabia, el aislamiento y el aspecto de no encajar, todavía están en mí, pero los puedo expresar de una forma que se siente más apropiada a quien soy ahora. Y a menudo esa rabia es más tranquila”.
“No creo que sea un disco suave. Creo que es más subversivo en cómo te atrapa”, le declaró al New York Times . “No está lleno de las pirotecnias de sonido ni tácticas de miedo que definitivamente he usado en el pasado, pero no se siente como un disco de mediana de edad o de que me di por vencido”.
No es coincidencia que Hesitation Marks lo muestre maduro y jovial en partes iguales, estrictamente saludable, caminando hacia la redención, y encontrando la luz que por tantas canciones buscó.
“Me siento mucho más joven de lo que soy. Desearía poder cambiar ciertas cosas del trayecto que me trajó aquí, pero me siento afortunado de no estar tan atrapado en la ira como antes”, le dijo a Spin . “Pero créeme, todavía no hay escasez de las cosas que me molestan”.
Travesía. Trent Reznor se metió en la música desde muy joven, y formó Nine Inch Nails en 1988, trabajando prácticamente en solitario cuando se trataba de grabar canciones y en compañía cuando debía presentarlas en vivo. Era conserje y asistente en un estudio de grabación, y en su tiempo libre grabó sus primeras canciones.
Pretty Hate Machine , su álbum debut, salió en 1989 e, inmediatamente, disparó sencillos en radios alternativas y generó múltiples ventas. El disco llevó a Reznor a codearse con grandes artistas y a hacer múltiples giras promocionales, hasta que firmó con Interscope, con la que editó el EP Broken , en 1992.
La banda explotó en 1994, con The Downward Spiral , su segundo álbum, en el que agregó elementos de rock industrial y heavy metal a su música, con un concepto que contaba la historia de un hombre en decaída y apuntando al suicidio. Era su propia historia, y alcanzó varias certificaciones de disco de platino en diversas partes del mundo.
En ese momento llegaron los excesos de drogas y alcohol. Cinco años pasarían hasta que Reznor publicara un nuevo álbum, The Fragile (1999), disco doble con el cual el artista exploró más ritmos y sentimientos negativos.
Luego de promocionarlo, Reznor entró en una pausa artística e, incluso, se metió a rehabilitación. El silencio reinó durante algunos años. El músico era un misterio.
En el 2005, destapó With Teeth , su cuarto disco, y su regreso definitivo. La recepción y las ventas continuaron siendo cálidas, y la banda volvió a ser uno de los actos musicales más impactantes en vivo.
La discografía continuó con Year Zero (2007), que presenta una predicción “distópica” del mundo en el 2022, aunque Reznor considera que todo lo que el disco recientemente dijo que iba a pasar, ya se está cumpliendo. Además, el álbum vino acompañado de un juego de realidad alternativa, en el que se crearon sitios web falsos que se alineaban al concepto de las canciones.
Ghosts I–IV , colección de temas instrumentales, fue publicado vía descarga digital gratuita en el sitio de la banda, en el 2008, mismo año en el que también regaló The Slip , su séptimo álbum. Luego, vino la gira de despedida de la banda, que se presentó en vivo por última vez en el 2009, hasta ese momento.
La persona. Reznor es uno de los artistas más influyentes de la música contemporánea, por lo que cualquiera de sus obras muy probablemente será un éxito. Las emociones que dio a conocer en todas sus canciones marcaron a millones de personas alrededor del mundo, y abrieron nuevas puertas para el desarrollo del rock alternativo.
“Originalmente, mi incentivo para hacer música era solo una manera de sacar todo esto catárticamente. Luego, descubrí el proceso de hacerlo, en el que un poco de fealdad llevaba a un elemento de belleza, y el proceso me hizo sentir mejor. Cuando vi que la gente respondía a eso y se podía relacionar… Me estoy proyectando acá, pero puede que se hayan sentido menos solos”, le dijo al Times .
Luego de más de dos décadas de dedicarse a Nine Inch Nails, asegura que hacer bandas sonoras para películas de Hollywood fue una suerte de alivio. “Fue bonito ser tratado con respeto y estar al servicio de algo que, a la postre, no es mío”, comentó en la misma entrevista.
A Spin le reveló, eso sí, que al ver cómo opera Hollywood, “uno reconoce que hacer películas es un cálculo económico. Si, de casualidad, una cinta de alta calidad sale, eso es bueno, pero no es acerca de ejecutar una gran visión”.
Ahora, el artista se ha mostrado contento y seguro de traer al mundo una producción de la que está orgulloso. La confianza que tiene en Hesitation Marks sale a flote cuando asegura que, por primera vez en la vida, no tiene miedo de las críticas que pueda recibir.