Con el cabello negro azabache, botas altas, minifalda llamativa, maquillaje excéntrico y una cantidad excesiva de accesorios, el tico Sergio Medina intentó anoche crear algo parecido a un espejo para su ídolo: Alejandra Guzmán.
Desde hace ocho años, Medina se dedica a hacer imitaciones de la artista mexicana y a las 8 de la noche en punto por fin tuvo el más cercano de los encuentros con la Guzmán, con la verdadera.
“Mi meta es que si ella me ve, si nota que me parezco, si le agrado, que me jale y me suba al escenario. Esa es la fe que tengo. Pero si no, haberla visto, haber estado con ella, haber cantado junto a ella será suficiente”, afirmó el imitador, con una voz casi tan ronca como la de la mexicana y gran brillo en los ojos.
Medina llegó a las afueras del Palacio de los Deportes al mediodía para comenzar a hacer la fila, con la esperanza de hacer valer aquello de la “primera fila”, el eslogan de la gira y parte del nombre de su nuevo disco.
Este vecino de Hatillo logró ubicarse justo en la malla que separa al público del escenario, pero a un costado, ya que el club de fans de la artista acaparó los mejores lugares de la zona preferencial. En su mano tenía el nuevo material de la cantante, listo para pedirle que se lo autografiara si se acercaba.
“La había visto en Puntarenas, pero era apenas cuando yo estaba iniciando. Ya la perfeccioné y, entonces, no me podía perder este concierto”, agregó.
Si Alejandra Guzmán es siempre blanco de piropos, su imitador también. A su paso, Medina arrancaba chiflidos, incluso desde las graderías de arriba.
Además, disfrutó del reconocimiento de otros asistentes, quienes se le acercaron para pedirle una fotografía.
“¡Te ves guapísima!”, le dijo una de las muchachas, quien quizá no notó que bajo aquel seductor atuendo negro había un hombre.
Luego de vivir una noche de emociones intensas con la artista “espontánea y expresiva” que le arranca los suspiros, Medina se desplazará este sábado a San Carlos y el domingo a Parrita para continuar con el show que no perdona fin de semana sin contrataciones.