El jueves por la noche, acompañados por una brisa fría, los integrantes de la agrupación española El Consorcio y el público, principalmente ramonense, se convirtieron en cómplices perfectos. Fue una noche mágica frente al atrio del templo parroquial de San Ramón, de Alajuela, en el marco del Festival Familiar Navideño.
Poco a poco, la noche se fue calentando con notas que hicieron vibrar a centenares de espectadores. Algunos incluso llegaron desde el mediodía para conseguir los mejores lugares. Ante el frío, fue reconfortante cantar “Eres tú, como el fuego de mi hoguera”.
Nostalgia de fiesta. El primero en calentar la noche fue el costarricense Rogelio Cisneros. Durante 50 minutos –y con temas como Ella , Ana Mía y su gran cierre con la tradicional Qué vas hacer esta noche – invitó a los miles de asistentes a ser felices.
El reloj del templo parroquial marcaba las 8:10 p. m. Cinco voces tomaron el escenario y retomaron su romance con sus seguidores representados por varias generaciones. Desde los jóvenes hasta los adultos mayores corearon sus grandes éxitos.
Los acordes de Vencedor o vencido abrieron las puertas, encendieron las luces y provocaron sentimientos sobresaltados. Después llegó toda la satisfacción de un público alucinado por escuchar a sus ídolos de siempre.
Amaya Uranga, Estíbaliz Uranga, Iñaki Uranga, Sergio Blanco y Carlos Zubiaga no solo mostraron su calidad en la voz. Durante su presentación, la tónica la marcaron las risas, las bromas y una verdadera comunión a la hora de dirigirse hacia los asistentes.
Incluso, el frío de la noche motivó el humor de los españoles. Amaya fue quien más lo resintió. Del público surgieron varias prendas para que ella se protegiera, incluida una bufanda de colores rojo y negro. Por supuesto que más de uno sintió la pasión liguista, aunque los de El Consorcio no sabían qué causó tanta algarabía.
A eso de las 8:55, Tómame o déjame y Le Llamaban loca , hizo creer y enloquecer aun más la noche ramonense.
Le llegó el turno a una de las canciones más consentidas. Eres tú se escuchó “como una guitarra en la noche”, y las voces y palmas fueron una sola.
¿Qué pasará mañana? , de José Luis Perales, Aquellas pequeñas cosas , de Joan Manuel Serrat, Quién te cantará , de Mocedades, y Quiero abrazarte tanto , de Víctor Manuel, llenaron aún más de nostalgia y recuerdos a los asistentes.
A las 9:30 p. m. –entre aplausos, gritos y muchos deseos de que la noche no acabara– los músicos se despidieron de ; pero como grandes artistas se dejaron seducir por el público al grito de “¡otra, otra!”
Secretaria y Amor de Hombre fueron las últimas canciones antes de que el escenario quedara a oscuras. Las luces se apagaron, mas no “el fuego de la hoguera” de una noche nostálgica.