La despedida de Zòpilot! de los escenarios, o de la existencia misma, no fue motivada por pleitos internos, ni por desilusiones que los llevaran al acabose definitivo. El cuarteto se despidió en un gran momento, en un punto alto, y su último concierto como agrupación lo deja claro.
Es por ello que su finalísima presentación no transmitió tristeza, sino euforia y, bueno, quizá un poco de nostalgia, pero tristeza nunca. Zòpilot! cerró su capítulo en una exitosa presentación en el cine Magaly en el que los músicos hicieron los que les dio la gana. Como siempre lo han hecho, por supuesto.
La pantalla gigante sirvió como aliada protagónica para proyectar en ella visuales especiales para cada tema. Los materiales elegidos (muchos de ellos del género de videocreación) parecieron convertirse en el soporte ideal para darle rienda suelta a una experiencia sinestésica.
Los músicos cocinaron casi dos horas de repertorio compuesto por material de sus primeros días como banda (aún en su etapa colegial) hasta lo que han trabajado en los últimos tiempos y que será parte de un disco ¿póstumo?
Escuchando la mezcolanza de las piezas provenientes de diferentes épocas, resulta evidente la evolución acelerada que tuvo el conjunto. Su material más reciente es más intenso, más pesado, más libre y arriesgado. Digamos que lo último que Zòpilot! ha sacado de su organismo es todavía más irrespetuoso de cualquier moldura que pueda haber.
Si se puede decir que su "rock sorpresivo" tiene alguna esencia, entonces también podemos decir el grupo siempre la mantuvo viva. Fue este cuarteto el que acuñó ese término para referirse a sus dinámicas composiciones carentes de estructuras predecibles. En sus obras, además de sorpresa, hay explosión, psicodelia y euforia.
Ojalá todas las bandas interpretaran su propia música con la pasión desbordante de los cuatro músicos de esta ¿ahora extinta? banda. Su último concierto, curiosamente, pareció estar cargado de una ilusión todavía viva en los cuatro músicos que se despidieron dándolo todo en tarima. Fue un show de energía pura.
La intensidad sonora, no obstante, a ratos quizo llegar acompañada por una especie de somníferos, pues algunos pasajes instrumentales extensos pudieron provocar bostezos pero no necesariamente ligados al aburrimiento, sino a las pausas de euforia.
El fuerte de Zòpilot! siempre estuvo en esa versatilidad y en la llama creativa de los temas instrumentales. Si bien en una etapa más reciente incorporaron voces a algunos temas, su vida giró entorno a las piezas sin vocales.
Para el concierto de despedida se incluyó parte de esa faceta, también hubo dos baterías en el escenario (una de ellas electrónica) y extractos con la inclusión de pistas pregrabadas. Un invitado casi permanente para la ocasión fue el tecladista Jorge Guri, de la también extinta banda Florian Droids.
Fueron pocas las interrupciones entre las piezas, por lo que el concierto avanzó de manera fluida alcanzando con rapidez la cúspide. Zòpilot! se despidió por lo alto y no queda más que desear que su intensa vida, que duró ocho años, sirva de influencia para otros grupos que les vengan detrás.
Sin embargo es claro que, como Zòpilot! y su rock sorpresivo, no habrá otro más.
Ficha del concierto
Artista: Zòpilot!
Motivo: Concierto de despedida
Lugar: Cine Magaly
Fecha: 4 de diciembre, 2015