El director de orquesta Claudio Abbado fue más allá de las buenas intenciones a lo largo de su vida y ayudó al desarrollo musical de jóvenes en Europa y Latinoamérica; creó orquestas (como la Juvenil de la Unión Europea) y promovió talentos jóvenes.
Por eso, la noticia de su muerte, ayer lunes, conmovió por igual a melómanos y jóvenes músicos que tocaron al ritmo de su batuta.
La muerte lo encontró ayer lunes, en su apartamento de Bolonia, en Italia. La agencia de noticias EFE explicó que el director murió tras una larga enfermedad, sin detallar. Desde finales de la década de los 90 le detectaron cáncer de estómago; desde entonces, vivió con las secuelas de una operación.
“Quizá lo más significativo, en cualquier caso, sea el apoyo que prestó a los jóvenes músicos con la creación de muchas e importantes orquestas juveniles (...). Era un pionero que trabajaba con nuevos intérpretes, los motivaba y apoyaba durante toda su carrera”, aseguró Daniel Barenboim, director y amigo de Abbado.
Un ejemplo concreto de ese apoyo fue el padrinazgo artístico que tuvo con el talentoso director de orquesta venezolano Gustavo Dudamel y con todo el Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela.
Él los visitó en el 2010 y también se tomó el tiempo de dirigir a la Orquesta Sinfónica Juvenil Simón Bolívar. Tras su encuentro aseguró: “La música salva a los jóvenes de la criminalidad, la prostitución y la droga”, según la agencia EFE.
Luego del anuncio de la muerte del italiano, Dudamel y la orquesta Simón Bolívar ofrecieron un minuto de silencio. La orquesta venezolana se encuentra en Francia, donde ofrecerá un concierto junto a la Filarmónica de Radio France.
“Para mí, Claudio Abbado será siempre parte de ese excelso grupo de genios en la historia del Arte. Su infinita generosidad y amor que me tocaron desde mi plena juventud, serán siempre unos de los más valiosos tesoros que guardare en esta vida”, escribió Dudamel en su página de Facebook .
El mundo a sus pies. Abbado nació en el corazón de una familia de músicos. Su padre fue uno de sus primeros profesores. Sus estudios los complementó junto a Hans Swarowsky, en Austria.
Su gran debut como director fue en el teatro de la Scala de Milán. Desde ese primer momento quedó sellado para siempre su relación con esta sala dedicada a la ópera; llegó a ser su director en 1968, cargo que ocupó hasta 1986.
Su talento para la ópera fue incuestionable, por eso también dirigió la Ópera Estatal de Viena.
Ramiro Ramírez , director del Coro Sinfónico Nacional de Costa Rica, explicó que Abbado era de los directores que no se limitaban a ejecutar una partitura.
Añadió que el italiano estudiaba todo el contexto que rodeaba una ópera para interpretar las obras según la intención del compositor, esa es una tarea que lleva tiempo, según Ramírez.
Otras instituciones que se abrieron a su batuta fueron la siempre destacada Orquesta Filarmónica de Berlín, la Sinfónica de Londres y la Filarmónica de Chicago.
Alfredo Bonavera , director italiano radicado en Costa Rica, aseguró que el trabajo de su paisano tuvo aportes en campos distintos como la buena selección y trato a los músicos; su aporte al dirigir repertorio contemporáneo que otros directores desconocían e interpretaciones impecables.
Es mundialmente conocido la habilidad que tuvo para dirigir con precisión milimétrica obras enteras sin usar partituras.
José Aurelio Castillo , concertino de la Orquesta Sinfónica Nacional de Costa Rica, recordó cuando lo vio dirigir en vivo, que era sencillamente “fantástico”, por la concepción profunda que tenía de cada interpretación.
Fiel a la solidaridad que caracterizó a Claudio Abbado, su familia solicitó a las personas no enviar flores a su funeral, sino rendir un homenaje a su recuerdo mediante donaciones para el Centro de Hematología y Oncología pediátrica de Bolonia, según la agencia EFE.