Una ceremonia sin mucha pirotecnia y que por poco no se realiza (por un asunto económico según Luis Montalbert, anfitrión), con artistas como presentadores de los nominados: así fue la XI entrega de los Premios Asociación de Compositores y Autores Musicales (ACAM).
Lo importante de la premiación, que se realizó ayer miércoles en el Teatro Eugene O´Neill, fue reconocer la labor de los músicos nacionales, un premio a una labor ardua y llena de sacrificios.
El protocolo de la noche estableció que la premiación se realizaría en dos partes. En medio un brindis y luego continuaría con las categorías más populares.
Con retraso de media hora llegó el banderazo de salida. Luis Montalbert hizo un par de bromas bien recibidas por sus colegas, y tras unas palabras en representación de ACAM, empezaron a repartir los primeros galardones.
Max Esquivel y Julio Zúñiga no acudieron a recoger sus premios por estar en el extranjero trabajando y estudiando. En su lugar, sus orgullosos padres recibieron el premio y transmitieron un mensaje de sus retoños.
Yaco lleva dos nominaciones de ACAM en su carrera y en ambos casos resultó ganador. Yatsiel Domínguez, nombre real de Yaco, aseguró estar muy feliz de este nuevo premio.
Alonso Torres es un joven pero experimentado compositor; sin embargo, al momento de escuchar su nombre como ganador de la categoría música incidental, la emoción y nervios le ganaron. Él agradeció a músicos, productores y hasta su novia por la entrega y paciencia.
Con esa misma sorpresa subió al escenario Alex Marzzo a recoger su galardón, el artista brasileño radicado en Costa Rica instó a los músicos a no olvidarse de los niños a la hora de crear.
“Hagamos más música infantil, los niños necesitan más música”, afirmó Marzzo.
El cierre. 424, banda que resultó ganadora del premio en l categoría rock , ofreció parte de su música para comenzar con la segunda parte de la ceremonia.
Montalbert al volver hizo una nueva introducción, con los mismos chistes, para los músicos que acudieron exclusivamente a la segunda y más relevante parte de la entrega de los premios.
Aunque el auditorio era más pequeño comparado con el que había albergado los premios en otros años –en el Auditorio Nacional– varias butacas permanecieron vacías.
Los artistas ganadores se mostraron bastante concretos al momento de dar las gracias por ser los seleccionados.
Dionisio Cabal anunció a los integrantes de Calypso Experience; el público aplaudió a un ensamble con integrantes tan destacados como Johnny Dixon.
Igualmente concreto y entusiasta fue Andrés Jiménez, de La Escafandra, al recibir en nombre de Miguel Solari y grupo el premio por la categoría nueva canción.
Cuando llegó la categoría pop todos en la sala estaban claros que habían nominados igualmente talentosos como Debi Nova o Bernardo Quesada; sin embargo, fue Tamela Hedström quien resultó con la estatuilla en sus manos.
Ella aprovechó para agradecer a cuanto amigo y colega colaboró con su disco, pero lo más significativo de su participación fue el agradecimiento que tuvo para con Elvis Porras por su aporte a un disco lleno de géneros musicales diversos.
El público, músicos en su mayoría, no perdió el interés y sin importar que no ganaran siempre apoyaron a todos los nominados.
Una segunda participación musical estuvo a cargo de un ensamble de cuerdas que interpretó parte de la obra El principito , una aventura en seis cuerdas, de Alonso Torres.
Un fallo técnico impidió escuchar bien la guitarra de Nicolás Alvarado, pero los asistentes respetuosos y entendedores que eso pasa en la música, aceptaron con beneplácito que la volviera a interpretar para disfrutarla en su totalidad.
El jurado de los premios ACAM este año estuvo integrado por Paul Vega, María Clara Vargas, Keren Rodríguez, Marco Arias, Rudy Cortés. Vargas aseguró que a pesar de que un jurado siempre afirma que es difícil la elección de los ganadores, para ellos fue una tarea complicada seleccionar a los ganadores gracias al amplio talento local.
Al cierre de la edición la entrega continuaba.