Cuando habla del aniversario de la Compañía Nacional de Danza (CND), sus ojos se empiezan a llenar de agua y su voz se escucha entrecortada.
Para Mildred González, directora de la institución, este cumpleaños es muy especial, porque ella pudo participar en la organización del festejo.
Pero, aunque ahora todo es alegría, González está consciente de que la compañía necesita un cambio para seguir creciendo como lo ha hecho hasta ahora.
Cuando se cumple años, siempre es un buen momento para reflexionar…
Sí y lo hemos hecho. Creo que son muchas las cosas buenas que se ha tenido, pero también creo que hay que hacer una transformación. La compañía necesita una transformación urgente y es una de las cosas por las que hay que seguir trabajando.
¿Una transformación en qué sentido?
En todo. No lo digo porque hayamos hecho algo mal, para nada. Sino porque tenemos que adecuarnos a la época, a la situación y a los bailarines que tenemos ahora.
Como usted lo ha dicho, la CND ha tenido cosas muy buenas, a tal punto de que es considerado un semillero de bailarines en otros países de la región.
La Compañía ha tenido un semillero de bailarines y todos han tenido una buena carrera. Pero, además de ser un semillero, la CND es conocida por la labor de extensión de la danza que hemos hecho. Hemos llevado la danza a lugares muy lejanos del país y es algo para enorgullecernos.
Como bailarina y directora, ¿qué recuerdos tiene de la CND?
Muchos, para mí es bellísimo, la compañía es como mi segunda casa, tengo muchos recuerdos bellos, difíciles, dolorosos, pero todos en pro de un crecimiento y experiencia que ahora la estoy gozando.