Tras vivir el 90 % de sus 27 años fuera de su natal Somalia, la hermosa Ugaaso Abukar Boocow decidió retornar a su país, el cual abandonó junto con su familia, siendo una niña pequeña, con destino a Canadá. Se fue huyendo de la cruenta guerra civil en aquel país.
Criada fundamentalmente en Occidente –incluso vivió en Colombia durante dos años–, hace 18 meses decidió regresar a su natal Mogadiscio, pues siempre estuvo en contacto con sus orígenes. Estaba convencida de que las condiciones actuales habían mejorado y, como lo relata ahora, efectivamente se encontró con una realidad muy diferente.
Su gran salto mediático se dio gracias a su cuenta de Instagram, la cual empezó a usar con el fin de mantenerse en contacto con sus amigos en Canadá y otras partes del mundo.
Según ha narrado en decenas de entrevistas, pronto percibió en sus amigos y allegados la extrañeza al ver fotos suyas en las que lucía radiante, pero además, le manifestaban su sorpresa por las imágenes cotidianas de Somalia, paisajes, escenas urbanas, gastronomía y demás. Entonces Ugaaso tuvo la idea de contar la realidad civil de su país a través de su propia experiencia.
Lo que nunca pensó fue que aquella artesanal idea de comunicación se convertiría en pocos meses en un fenómeno viral que ya casi alcanza los 80 mil seguidores en Instagram, sin contar las decenas de entrevistas que se le han realizado desde medios de prensa de diversos lugares del planeta.
La atractiva muchacha aprovechó además sus encantos físicos, su buen gusto por la moda y su magnífica retórica para transmitir un “combo” de imagen de su país natal que le haga un poco de justicia a la realidad y que desmitifique la idea alrededor del mundo en donde Somalia es, para la gran mayoría, sinónimo de cruentas guerras, hambrunas demenciales y caos total.
En una entrevista publicada el pasado 2 de abril en El País de España, y realizada vía Internet, según su autor, Boocow afirmó que “la gente tiene una visión prejuiciosa y condescendiente de África y, por supuesto, este discurso es eurocéntrico”.
Ella insiste en una diversidad en la que muy pocas veces reparan los medios: “En África hay judíos, musulmanes, hindúes, cristianos… y está infrarrepresentada en los medios de comunicación internacionales. Está marginalizada y estigmatizada y se asocia con la enfermedad y el hambre, en lugar de con la diversidad y la prosperidad”.
La revista Fucsia , de la editorial colombiana Semana, también reparó en ella por estos días, en vista además del vínculo de la joven con ese país.
“Se ha convertido en la sensación de las redes sociales por partida doble”, explica Fucsia . “Primero, por mostrar una versión de la mujer árabe contemporánea, que adopta las pautas de vestimenta que impone el Islam sin renunciar al glamour y sofisticación de la moda y las tendencias. Segundo, por mostrar una imagen de Somalia muy alejada de los estereotipos de guerra y hambruna”.
Sobre la punta de lanza de su avanzada mediática, a través del vestido, Fucsia explica que ella comparte fotos en los que destaca su “evidente gusto por la moda” al lucir, por ejemplo, prendas típicas como los hiyabs (velos), en su versión más colorida. En otras muestra una imagen menos radical y más condescendiente de su país.
Al dimensionar su éxito, Ugaaso de inmediato aprovechó y empezó a circular también escenas de la costa y su gentío, donde sobresalen niños felices jugando en las calles, reuniones familiares, restaurantes populares con platillos típicos. Incluso, ha empezado a difundir videos cortos en los que ella misma analiza la situación social de Somalia de forma divertida y hasta satírica.
El caso es que la ya famosa “instagrammer” ha llamado la atención de medios internacionales que van desde Le Monde hasta The Guardian o la BBC, pasando por medios portugueses, estadounidenses, checos, austriacos, rusos, ucranianos u holandeses. Así, ella y su meta de mostrar una Somalia diferente parecen seguir en alzada. Ugaaso está feliz, pues asegura estar convencida de que hay mucha gente deseosa de “ver África desde una perspectiva diferente”. Él éxito de su forma ratifica que la asiste la razón.