“¿Cómo no voy a decir nada?.. ¿no ve qué especímenes?”, susurró Fabiana en las afueras de Puchos, en San José.
Fabiana, una transexual que trabaja en ese night club , no se refería precisamente a los caballos. Ella y dos de sus amigas – Nicolle y Sthepanie–, vieron en primera fila el tope y no se quedaron calladas.
“Uyy, pá, que bárbaro”, gritó un hombre que no quiso decir su nombre. “Semejantes monumentos”, expresó Fabiana.
Años atrás, el tope josefino pasaba frente del Bar El 13 , pero tras la construcción del boulevard chino una parte de la comunidad BGLT se trasladó este año a ver el tope, en familia, en las afueras del popular Puchos.
“Hace mucho pasaba por El 13 sí. Pero bueno, yo trabajo aquí y estamos gozando esto. Lo que más nos gusta son los jinetes, por supuesto”, dijo pícara Fabiana.
A las extrovertidas chicas muchos jinetes le seguían el juego, mientras otros se sonrojaban.
“Bueno, también nos gustan muchos los caballos”, aclaró Nicolle, mientras Fabiana, en broma, les cobraba ¢50.000 a quienes le pedían una foto.
“¡Uy, que atrevidos que son”, reía Fabiana. No había plata, obvio, pero ella posaba como diva.
Éxtasis. Al trío de espectadoras nada las puso más feliz que ver a Vinna Rouge , travesti venida de Miami que participa por segundo año en el tope josefino.
“No ve qué hermosa... es que ella es trans...”, celebró Fabiana.
Muchos asistentes no identificaban a Rouge como transexual. Montanda un regio caballo blanco, la rubia robó miradas con sus labios rojos y cabello arreglado.
“Estoy aquí, muy identificada con la comunidad. Identificada porque todos somos seres humanos y todos somos seres iguales”, explicó la jinete.
En el camino Rouge embarcó a más de uno. Los hombres le pedían fotos y hasta le robaron algunos besos.