Sharon Stone no descansa; a pesar de tener 57 años, sus batallas siguen en pie y las apadrina con fuerza y dedicación; no se limita al terreno cinematográfico, también busca formas de revindicar el poder que la mujer tiene en sociedad; sin importar la apariencia ni la edad.
Stone comentó en una entrevista para El País de España que el éxito es poderoso, y que lo aprovecha para materializar proyectos como el filme Life on the Line (David Hackl; junto a John Travolta y sin fecha de estreno) y en la serie Agent X (TNT).
La actriz participa en la lucha contra el Sida en una alianza con la fundación amFAR y ha logrado recaudar millones de dólares para la investigación contra este mal. Recientemente se aventuró en un experimento: ha decidido probar microinyecciones de ácido hialurónico y vitaminas del laboratorio para mostrar el antes y el después de sus beneficios en la piel.
Con una actitud envidiable y un cuerpo que aún vence la gravedad y el paso del tiempo, Stone le comentó a El País que le gusta sentirse a gusto y que por eso no compra prendas, joyas, ni zapatos incómodos. Su nuevo corte de pelo, un pixie rubio también refleja ese deseo de libertad y confort consigo misma.
En esta misma entrevista, la actriz confesó que el secreto para envejecer bien es divertirse. Siempre está rodeada de amigos y aconseja deshacerse de la gente negativa y de los malos hábitos; y mantiene su figura esbelta y tonificada porque hace mucho deporte: nada, levanta pesas, monta a caballo, anda en moto y bicicleta, hace montañismo, juega al baloncesto y al béisbol, hace pilates y yoga y baila hasta que las rodillas no aguanten más sus movimientos.
La madre de tres niños adoptados (Quinn, 8 años; Roan, 14, y Laird, 10) considera que la maternidad es un reto, pero también un regalo.
Cuando se le pregunta en la entrevista de El País por qué es tan atrevida, tan osada en cuestiones de imagen y tan polémica en sus respuestas, contesta: "Porque estoy viva".