06-03-2012/San Jose Costa Rica, en la foto el locutor Norval Calvo/fotografia: John Duran (John Duran)
Vuelve la vista atrás y ni él mismo se lo cree. Todo empezó como una suerte de pasatiempo, cuando le daba por quedarse horas fuera de la cabina radiofónica, observando al elenco de La Patada. Tenía solo 17 años, pero aquella vivencia le marcó la senda 25 años atrás y hoy es él, Norval Calvo, quien está al frente de uno de los programas de humor más consolidados y escuchados del país: Pelando el ojo.
Mañana, en el hotel Ramada Herradura, el prestigioso imitador celebrará junto a su equipo 11 años del espacio y, para hacerla triple, conmemorará también sus 25 años de trayectoria humorística y 42 de vida, los que cumplirá este sábado.
Calvo se confiesa “muy emocionado” con la celebración y no cesa de agradecer al público el apoyo creciente que ha colocado su espacio en el sitial en el que está.
Para la actividad, la cual sobrepasa los 100 invitados, le han confirmado la asistencia la presidenta Laura Chinchilla, así como los exmandatarios Rafael Ángel Calderón, Óscar Arias y Miguel Ángel Rodríguez, entre otras personalidades. “Hemos tenido la dicha de llevar varios expresidentes al programa y eso es símbolo de credibilidad, pues saben que es una plataforma para que la gente los pueda oír. Me halaga no solo su apoyo, sino tenerlos juntos para esto”.
Su victoria en el extinto programa La Dulce Vida lo sacó del anonimato, y su incorporación a La Patada –de la mano de quien considera su mentor, Parmenio Medina–, fueron la semilla que hoy da frutos a un cuarto de siglo de profesión.
¿A quién le debe su formación de lo que es hoy?
Mis formadores a nivel radiofónico fueron mi jefe, Parmenio Medina, y a nivel de imitación Luis Lucho Ramírez. Yo, como un carajillo, solo iba a verlos grabar los sábados, por ahí llegaban Edwin Metro González, Fernando López, Arnoldo Switty Araya, de los que recuerdo ahorita.
¿En el camino ha tenido detractores en su carrera?
Así como detractores o enemigos no, pero sí serruchapisos, a través de envidias y un montón de cosas; a esos tipos me los encuentro a cada rato, pero lo que hago es no hacer caso y seguir trabajando.
Mucha gente pensó que con la muerte de Froylán Bolaños (cofundador y compañero de Pelando el Ojo ) se acabaría el espacio, ¿pasó eso por su cabeza?
Obviamente, yo sabía que iba a ser más difícil, que se iban a complicar las cosas, pero siempre tuve la fe y la confianza en mi trabajo de que sí podía sacar el programa adelante. No sé por qué, pero de alguna forma yo era el que armaba el guion y el esqueleto del programa; Froilán, como un maestro y genio que era, lo ejecutaba perfecto. Esa faceta me ayudó a probarme a mí mismo, me sirvió de lección. El 21 de noviembre cumplirá tres años de fallecido y su ausencia es muy notoria todavía; tengo un superelenco pero Froylán es insustituible.
¿Qué cree que diría Froylán si hoy estuviera entre nosotros?
Estaría muy orgulloso y contento de nosotros, del éxito que hemos tenido, aportando cada día más sus personajes, enriqueciéndolo con sus ideas. En los 25 años que llevo hay dos golpazos en mi vida: la muerte de Parmenio, mi jefe, mi maestro de la radio; yo decía: ‘¿qué voy a hacer? ya no está mi jefe’... y el otro fue la muerte de Froilán, mi mejor amigo y de nuevo ‘¿qué voy a hacer?’. Él era el 50 por ciento del programa. Todo esto significó levantarme de esos dos duros momentos, y lo hemos logrado gracias al elenco que tengo hoy.
En su momento, las imitaciones –contó Calvo– no les han hecho mucha gracia a quienes son blanco de su camaleónico talento, tanto verbal como visual, pero con el paso del tiempo han terminado por acostumbrarse, confiesa Norval muerto de risa.
“Mirá, sé que a Amelia Rueda no le gusta para nada. La razón, no sé, porque yo trato de hacerlo de la mejor forma. Ella no me lo ha dicho directamente, pero sí sé a través de terceras personas que a ella no le hace absolutamente nada de gracia la imitación, y menos la caracterización visual”, dijo el tibaseño.
A la lista agregó al expresidente Rafael Ángel Calderón, a quien en su tiempo de mandato los sketch no le gustaban, pero ahora ocurre todo lo contrario. A otros que, según Calvo, no les hace mucha gracia que los imiten es al codirector de Telenoticias, Ignacio Santos, o a Yashín Quesada. “Y el que se molesta lo molesto más”, suelta Norval con gesto pícaro.
¿Invitaría a Amelia Rueda como ha hecho con otras figuras?
Sí claro, pero no ha ocurrido el encuentro, conociéndola no creo que ocurra.
¿Pero se topan en los pasillos de Monumental y qué pasa?
Sí, y no me habla (risas).
A Pelando el ojo tampoco ha ido José María Figueres, que ya está en el país. ¿Se lo imagina un día en el programa?
Mirá no creo que vaya, yo le trabajé a él en campaña, le animé en las plazas públicas, no sé si estará “carboniado” de que yo lo he estado imitando, no hemos tenido mucho contacto. El reto es llevar a doña Amelia Rueda y a don José María Figueres.
Hablando de retos, luego de llevar una asesoría en México y traerse un argentino experto en trabajos con látex, el comediante se ha dedicado a perfeccionar sus caracterizaciones, parte de las cuales veremos en las transmisiones de los toros en canal 6.
“Estoy recibiendo cursos interesantes de técnica con látex. Desde el 2006 que me tracé ese reto de hacer caracterización visual a la fecha, lo hemos hecho muy rudimentariamente. Uno lo hace con las uñas, porque son materiales muy caros que no se consiguen aquí, pero, el próximo paso es hacer un programa de televisión con base en eso. Me encantaría algo propio, humorístico, al estilo de Pelando el ojo pero televisivo”, concretó Calvo.