Miami, Florida. Las favoritas estaban más que anunciadas con nombres y apellidos. Según los pronósticos y las quinielas, en boca de los expertos, Colombia, España y un peldaño más atrás, Estados Unidos, eran las grandes favoritas a llevarse la corona de Miss Universo.
No obstante, las sorpresas fueron el condimento este año. Aquello parecía una nueva versión de Big Brother adaptada a los concursos de belleza, en la cual quien se resbalaba en la pregunta le decía adiós a la corona. Esa famosa frase, ¡las reglas cambian! fue el parecer de más de la mitad de las 4.000 almas que acudieron al campus de la Universidad Internacional de Florida.
Solo un descalabro podía alejarlas del objetivo y fue justo a la ganadora, la barranquillera P aulina Vega , quien confusa y titubeante dio no una, sino dos respuestas muy flojas. Sin embargo, para su buena fortuna bastaron para darle el segundo cetro a su país desde 1958.
Nadie pone en duda que la sudamericana reúne todas las condiciones, pero el cómo logró ganar dejó un mal sabor de boca en el ambiente.
El concurso arrancó en punto a las 8 p. m. de Miami (7 p. m. hora nacional) con un mar de banderas de todos los rincones del mundo. En el segundo piso y en la planta baja el ambiente era de partido de fútbol. Porras, carteles, pitos y demás le daban un color agradable a quienes veían desde el sitio el certamen. Colombianos, venezolanos y filipinos eran las barras más fuertes, y la lucha entre ellas nunca cesó, hasta que sus competidoras (menos Vega), se fueron quedando en el camino.
La barra costarricense se situó en el segundo nivel al lado izquierdo del escenario. Desde ahí unas 10 personas, entre ellas Sandra Leitón, madre de Karina Ramos , observaron con detalle el escenario.
Además, al otro extremo del segundo piso, otra bandera costarricense ondeaba, por lo cual el grupo de la familia de Ramos saludó para indicarles que ya eran más en el lugar.
Tensión y caras largas. Al momento del llamado al top 15 la sensación de que llamaran a la nacional no se apagó. Fueron contando, en orden: Colombia, Italia (y todos. ¿Italia?), India, Francia (volvieron a expresar ¿Francia?), ¿Indonesia?, ¿Holanda? Y ya eran tantas las cabezas que habían pasado al frente que el siguiente paso era contarlas con los dedos porque se había perdido la cuenta. Iban por la 13, por la 14, y ya quedaba un campo. Allí, con solo cuatro latinoamericanas en la pelea (Colombia, Venezuela, Argentina y Brasil), la realidad ya castigaba y se bajaban todos santos por segundo.
Se completó el top 15. En ese sector, el ánimo del inicio cambió y pasó a ser funeral; la tristeza y desilusión eran más que evidentes. Una señora tica me preguntó cuántas chicas faltaban por llamar (como tratando de no creer lo que pasaba); mi respuesta fue: “¡Es todo, ya están las 15!”.
Pasaron solo unos minutos cuando llegó Mauricio Jiménez, estilista de Ramos, acompañado por el diseñador Daniel Moreira. Jiménez no pudo contener el llanto y se abrazó con la madre de la Miss Costa Rica. Moreira se sentó al lado para consolarlos.
“Hizo lo mejor que pudo. Estoy muy orgullosa del papel que desempeño Kari. Ella me dijo temprano: 'Estoy satisfecha, vamos a ver qué pasa'. No tenemos claro los parámetros que usó el jurado ni la organización para calificar a las muchachas. Nos sorprendió que no entrara al top 15. Hay muchísima desilusión de parte de muchos de los países que esperaban entrar. Aquí la vamos a apoyar (a Karina). Ella ya tiene algunas ofertas de trabajo antes del Miss Universo. Vamos a ver qué decide hacer”, expresó Leitón, quien acompañó a su hija los siete días de los ensayos.
Algunos expertos que acudieron a Miss Universo vieron en Karina gran potencial para avanzar; sin embargo, expresaron que el vestido en la ronda preliminar le restó puntos para el pase. Ante esta critica, Moreira dio la cara como parte del equipo de trabajo de la joven .
“El traje se pensó con respecto a la final, para que Karina luciera su vestido amarillo (el domingo), pero no creo que haya influido. No me arrepiento de nada. Pienso que el traje estuvo bien para la preliminar; me siento orgulloso de Costa Rica y merecía un top 5”, defendió.
Moreira dijo que el concurso es una especie de lotería político-económica. “Colombia no fue la que mejor respondió. Fue mejor Estados Unidos, Ucrania o Jamaica. Me da un mal sabor de boca el hecho de ver que hubo mucha mano”, manifestó .
Atrás de los ticos, más perplejos quedaron los seguidores de Puerto Rico, país con cinco coronas de Miss Universo, y que vieron a Gabriela Berrios quedarse en el camino, ¡un golpe al ego!Incluso, en el último corte comercial, antes de las cinco finalistas, la boricua se sintió mal y fue sacada por la producción en hombros. Ella ya no estaba en escena.
Por otra parte, Miss Ucrania, Diana Harkusha, se tropezó en dos ocasiones, en traje de baño y de noche, pero supo mantener su equilibrio. En la pregunta hizo referencia al conflicto con Rusia en la región oriental de Ucrania. Esto me recordó que unos días atrás, en la conferencia de prensa, este servidor intentó unir en la misma foto a la rubia junto a Yulia Alipova, Miss Rusia, como una muestra de amistad entre ambas naciones. No obstante, la ucraniana me dijo al oído: “Lo siento, no puedo. La producción no nos deja porque puede ser negativo para nosotras”.
Abucheo. A la altura del top 5, en los cortes comerciales se escuchaban tres barras claramente identificadas: Colombia, Estados Unidos y Jamaica, una tercera que se formó de la nada, sumó fuerzas y unió a todas las demás.
Las más aplaudidas en la ronda de preguntas fueron la caribeña, la ucraniana y la estadounidense. La colombiana sumó aplausos de sus coterráneos en la segunda respuesta, pero ya había trastabillado en la primera y ellos lo sabían.
Debido a la mala respuesta a una pregunta, Irene Esser, Miss Venezuela 2012, obsequió la corona en Las Vegas a Olivia Culpo. Con ese recuerdo, todo indicaba que el título no sería para Colombia y menos para Holanda (nadie se explica cómo llegó hasta ahí).
Cuando anunciaron como cuarta finalista a Kaci Fennell, la jamaiquina, un 70% del campus deportivo abucheó la decisión de los jueces , incrédulos de ver cómo castigaban a la morena de cabello corto .
Al quedar Estados Unidos y a la barranquillera de las manos, lo que parecía imposible sucedió: ganó la colombiana Paulina Vega. Entre la alegría de los sudamericanos y el disgusto del resto, se vació el lugar.
“Fue una decisión equivocada , muy equivocada . Ella respondió mejor que Colombia y así se sintió en popularidad. La gente estaba en lo correcto al expresarse así (con abucheos); ella creía en este concurso antes y tenía altas expectativas antes de esto. Estoy en desacuerdo”, expresó Kim Fennell, la madre de Miss Jamaica.
Fue una nueva modalidad de Big Brother la edición 63 de Miss Universo . La que ganó sí es muy bonita, pero la que peor respondió, no una, sino dos veces. Al parecer ¡las reglas cambian! ¡Desenchúfate Big Brother !