La causa de la muerte de Aldo Sarabia, trompetista de la banda El Recodo, aún es incierta; sin embargo, medios internacionales se aventuran a ligar el suceso a una relación que por años ha mezclado la música con el crimen organizado.
El cuerpo de Sarabia fue hallado en estado de descomposición en una zona boscosa cercana a la localidad de El Recodo, en el estado de Sinaloa, este miércoles; el músico había sido reportado desaparecido desde el 15 de octubre.
A Sarabia se le encontró una herida de bala en el cuello, que en apariencia, lo había atravesado; además, tenía signos de golpes en varias partes del cuerpo.
La muerte del músico levanta un polvorín de coincidencias entre esta y otras muertes de artistas que, en algún momento, se habían relacionado con organizaciones de narcotráfico tanto mexicanas como colombianas y estadounidenses.
Sarabia formaba parte de la banda mexicana El Recodo de Cruz Lizárraga, misma agrupación que en el 2013 había sido ligada al grupo criminal Los Zetas.
En abril de ese año abril de ese año se dijo que la banda recibió un pago de $250.000 por participar en una fiesta privada organizada por Los Zetas. Esta información fue suministrada por Enrique Rajón, el tercero al mando del grupo narco cuando fue detenido luego de cometer un asesinato.
Pero este no es el primer caso de un artista que está ligado directa o indirectamente a esas organizaciones y que muere ajusticiado.
Notas con sangre. La música grupera, durante años, bajo la figura de los narcocorridos, cuentan las historias de los narcotraficantes, sus días de gloria, millones de dólares en sus cuentas y excesos en sus fiestas.
Una amplia lista de víctimas ha llenado de sangre las letras de las canciones.
En el 2007, la cantante Zayda Peña fue atacada por sicarios quienes no lograron su cometido en el primer intento de asesinarla, en un motel en Tamaulipas, pero la remataron en el hospital donde fue internada luego del primer ataque.
Sergio Gómez, vocalista de K-Paz de la Sierra fue torturado en Michoacán en diciembre del 2007, luego de ser interceptado por un grupo armado después de presentarse en Morelos junto al reconocido cantante Joan Sebastian.
En el 2012, el cantante de narcocorridos Diego Rivas fue asesinado a plena luz del día por un comando armado que abrió fuego contra él y otras personas en la vía pública.
Los integrantes del grupo colombiano Kombo Kolombia fueron asesinados en el 2013. El diario El País de España reseñó los hechos y escribió: “La mayor matanza de músicos que se recuerda”, sobre el ataque.
“Los 14 músicos y tres ayudantes del grupo, fueron secuestrados pasada la medianoche cuando actuaban en una fiesta privada en Monterrey. Días después, sus cadáveres fueron encontrados con un tiro de gracia en el fondo de un pozo donde habían sido arrojados uno a uno como en el más macabro cuento infantil”, relató El País.
CNN informó en el 2013, con la matanza de Kombo Kolombia, que en México la lista de músicos asesinados ascendía a 60 muertes.
Otra de los asesinos más sonadas en el ambiente grupero es la de la Diva de la banda: Jenni Rivera.
La cantante mexicana murió en un accidente aéreo, pero no se descarta que a Rivera la hayan matado por una venganza.
Jenni Rivera, según el Huffington Post , fue tentada por el grupo Los Zetas para que fuera partícipe del lavado de dinero de la organización y ella se negó a hacerlo.