En un capítulo de Two and Half Men, Alan Harper (Jon Cryer) le reclamaba al cielo el hecho de que la vida licenciosa de su hermano, Charlie, no le dejara ni una infección urinaria.
Luego, en otro episodio, es Charlie Harper quien le agradece a Dios por su fuerte hígado. Charlie Sheen era quien le daba vida –nunca mejor dicho– al fiestero y libidinoso compositor de jingles.
Ficción y realidad nunca quedaron claros entre un Charlie y otro; pero, para el apellidado Sheen, ayer no fue una broma.
“Estoy aquí para admitir que soy VIH positivo”, afirmó el actor –con un fuerte y nervioso tartamudeo–, a Matt Lauer, en Today Show, de NBC, el programa de mayor audiencia de la televisión matutina de Estados Unidos.
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Una criatura de la noche, no dejó de ser una ironía que escogiera la mañana para revelar su estado médico.
Esta confesión pública de Sheen es la más impactante de una figura estadounidense, desde que Lance Armstrong admitiera el uso de sustancias prohibidas en una entrevista con Oprah Winfrey, en enero del 2013.
Conocido por sus dotes de actor, pero más famoso por sus escarceos sexuales y su abuso con las drogas y el alcohol, Sheen comentó sus sentimientos acerca del VIH: “Son tres letras difíciles de asumir. Es un punto de quiebre en la vida de uno”.
Además, en una carta abierta, publicada ayer mismo, comentó: “La noticia fue una ‘patada de mula’ a mi alma. Esas palabras imposibles las absorbí y después traté de convencerme a mí mismo de que me había quedado atrapado en una especie de realidad alternativa o pesadilla, pero fue absolutamente lo contrario. Yo estaba despierto. Era verdad... La realidad”.
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Dice que no sabe cómo contrajo el VIH, aunque aseguró que ya dejó las drogas intravenosas.
En un segundo segmento, uno de sus doctores, Robert Huizenga, aseguró que el comediante apenas presenta rastros del virus en su sangre. “Una cantidad indetectable”, apuntó.
Amenazas. De 50 años, también reveló una consecuencia –obvia– de su estado médico, del cual sabe desde el 2011: fue extorsionado. Calcula que debió pagar alrededor de $10 millones para comprar silencio.
El consumado comprador de amor, entendió, en poco tiempo, que el chantaje funciona de forma diferente: al parecer, entre los extorsionadores estaría una prostituta que lo amenazó con venderle a los medios la foto que ella le tomó a sus medicamentos retrovirales.
“Tengo que poner fin a este ataque, a esta andanada de ataques y de medias verdades, muy dañinas. Historias que dicen que estoy poniendo en peligro la salud de los demás, lo que no podría estar más lejos de la verdad. Desde hoy me libero de esta cárcel”.
Matt Lauer, entonces, le preguntó por qué siguió contratando a prostitutas, a lo que contestó que fue por la depresión en la que se vio sumido por la noticia.
La exestrella de Two and Half Men llegó a ganar un millón de dólares por episodio en esa serie.
Él fue despedido en el 2011, justo para la época en la que conoció que era portador.
La salida se dio en medio de escándalos e insultos hacia media humanidad. El productor ejecutivo, Chuck Lorre fue el blanco preferido de sus diatribas.
“Me gustaría poder echarle la culpa a eso”, contestó Sheen cuando Lauer le preguntó si la crisis fue una reacción a su diagnóstico de VIH.
“Eso fue más ‘rabia de esteroides’; pero estuvo en los talones de eso”, agregó.
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Ayer admitió que sus finanzas no están saludables (no dijo que estuviera quebrado), recordó que está desempleado, que debe volver al trabajo y que tiene dos películas en camino.
En diciembre pasado, FX decidió no renovar, tras 100 episodios, Anger Management, el sitcom en el que recaló tras su escandalosa baja de Two and Half Men.
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Avisos. Unas fuertes migrañas y copiosas sudoraciones, convencieron a Charlie Sheen de hacerse exámenes.
“Pensé que tenía un tumor cerebral. Pensé que todo había acabado. Después de una serie de pruebas y punciones lumbares, toda esas carajadas, entraron en la habitación y me dijeron: ‘ Boom. Aquí está lo que pasa’”.
Cuando se le entregó el diagnóstico, él todavía estaba casado con Brooke Mueller, con quien procreó a Max y Bob, gemelos de seis años.
Según la misma Mueller, ella y sus hijos están libres de VIH.
De acuerdo con Sheen, su segunda esposa, Denise Richards, sabe de su estado hace algunos años. Ellos se divorciaron en el 2006, antes de que Sheen contrajera el VIH. Con ella, tuvo a Sam, de 11 años, y Lola, de 10.
Aseguró que, tras el diagnóstico, todas sus parejas supieron del VIH antes de mantener relaciones sexuales.
Sostuvo que siempre usó condón, salvo en dos ocasiones; en ambas, la situación fue consentida y bajo vigilancia médica.
En 47 estados de la Unión, no informar a su pareja de ser portador del VIH es legalmente considerado un acto criminal
Ayer, Bree Olson, una de sus más recientes exnovias, una de sus “diosas”, aseguró que ella nunca se enteró del estado médico de Sheen. Ella está sana y no ha anunciado acciones legales
“Mis días de fiesta están detrás de mí. Mis días filantrópicos están delante de mí. Acepto esta condición como una oportunidad para ser mejor y ayudar”, sostuvo, quien vivió su vida en el modo triple X.