El Cigala entregó su esencia en el escenario del Teatro Nacional

Con un recorrido por las canciones de Lágrimas negras y de su más reciente producción, Cigala & Tango, el cantaor Diego el Cigala hizo vibrar, la noche del sábado, a un Teatro Nacional lleno.

Si algo quedó claro es que el Cigala sí “jala” gente , así como el gran cariño que el público costarricense le tiene a este artista. De hecho, en todo momento, sus seguidores premiaron la gran calidad de este artista y su entrega en el escenario.

A las 8:12 p. m., los cinco músicos que acompañaban al español salieron a escena. Con una nítida interpretación, ellos dieron una pequeña muestra del gran espectáculo que estaba por comenzar.

Cinco minutos más tarde, la inconfundible figura del cantaor apareció en el escenario. Él se robó los aplausos del público con el tema Garganta con arena.

“Muchas gracias. Estoy muy contento, muy feliz de poder estar aquí en Costa Rica, bendita tierra que me acogió desde la primera vez que tocamos aquí”, dijo este artista luego de que sus seguidores le dieron una calurosa bienvenida.

Las cuarenta fue el siguiente tema que interpretó el Cigala, quien acompañó todas sus interpretaciones con gran emoción, palmas flamencas y su pie izquierdo que se movía al ritmo de la música.

El día que me quieras fue la canción que siguió y con la que el público aplaudió fuertemente a este hombre cuyo nombre de pila es Ramón Jiménez Salazar. Después, los temas Soledad y Nostalgias llegaron para complacer al público.

Tras un solo de guitarra, el Cigala regresó al escenario y de su voz desgarradora salieron las canciones Tomo y obligo y Sus ojos se cerraron. Gritos de “bravo, bravo” no se hicieron esperar. Los asistentes ya había entrado en confianza.

Conforme pasaron los minutos, público, músicos y cantaor se fueron emocionando, sin embargo, lo mejor aún estaba por llegar.

Bastó que sonara la música de Alfonsina y el mar para que la gente, otra vez, celebrara a el Cigala, artista que agradeció con una reverencia el cariño de quienes llegaron a su cita. Después, conmovido, él entonó En esta tarde gris.

Corazón loco, Se equivocó la paloma e Inolvidable y Bien pagá fueron algunos temas que le dieron un matiz más rítmico a la noche.

A este punto, los seguidores del cantaor empezaron a decir títulos de canciones para que el músico los complaciera, a lo que él y su banda respondieron con una sonrisa.

Alma de artista. La letra melancólica de Te extraño sonó antes de que el Cigala y sus músicos hicieran vibrar al público con Dos gardenias, mientras el cantaor presentaba a los instrumentistas.

Uno a uno, el pianista, Jaime Calabuch Jumitus; Yelsy Heredia, el hombre a cargo del contrabajo; el guitarrista, Diego Del Morao; el percusionista, Sabú Porrina y un violinista fueron demostrando sus habilidades y dejaron muy claro por qué acompañan a el Cigala en sus presentaciones.

Luego de este derroche de talento en el que músico e instrumentistas se acoplaron a la perfección, ellos se despidieron de la gente y dejaron el escenario.

Eso sí, segundos después volvieron para complacer a quienes en pie pedía “otra, otra”. Lágrimas negras fue el tema con el que el Cigala se despidió a las 10 p. m. del escenario del Teatro Nacional, por cuyos pasillos se podía oír al público comentar cuán bueno había estado el concierto.

Así, una vez más, el español cumplió con su lema: “Anda Cigala, sal y canta”. El cumplió con creces (...) no solo entregó música, sino que dejó su alma en el escenario.