20/6/12. Set de Sabores, Barrio Escalante. Salsa inglesa. foto: eyleen vargas (Eyleen Vargas Davila.)
Para cualquiera, el arroz y los frijoles podrían ser unos simples granos revueltos, pero para los ticos es una de las mejores combinaciones.
El Caribe ha sido, sin duda, el promotor de estos alimentos en la dieta de los costarricenses, gracias al
“Los domingos o en las fiestas familiares en Limón, no puede faltar el
Esta combinación de granos se empieza a dar por la necesidad de los esclavos de comer un platillo sustancioso, que les diera la energía necesaria para realizar trabajos pesados.
Para el chef Gustavo Villalobos, el secreto del
Según Villalobos, la preparación es sencilla: se deja en remojo una taza de frijoles, por lo menos por un cuarto de hora. Esta se escurre y se coloca en una olla con agua, un diente de ajo y tomillo al gusto; se pone a hervir.
Los frijoles se cocinan hasta que estén suaves. Para darles el toque caribeño, se les agrega dos tazas de leche de coco, sal, pimienta negra al gusto y un chile panameño entero.
Se cocinan por 10 minutos más, para luego sacarles el chile, escurrirlos y conservar ese caldo.
Precisamente, ese caldo se utiliza para luego cocinar tres tazas de arroz, que se sazonan con sal. Cuando esté bien cocinado el arroz, este se mezcla con los frijoles. Esta preparación alcanza para cinco personas, aproximadamente.
Gustavo Villalobos aclaró que las familias costarricenses tienen diferentes maneras de preparar este platillo caribeño, que se suele acompañar con pollo o pescado, ensalada de repollo y plátanos maduros.
Según un estudio de la directora del Centro de Investigación en Comunicación de la Universidad de Costa Rica, Patricia Vega, la receta del gallo pinto tiene su origen en una variación del tradicional platillo caribeño.
Según la especialista, los hombres que trabajaban en la bananera empezaron a popularizar esta receta cuando viajaban al Valle Central, que se fue adaptando y mutando a las necesidades de esos pobladores.
Los cambios, según Vega, se fueron dando cuando las personas eliminaron de la lista de ingredientes a la leche de coco –al no haber en el Valle Central–, sustituyéndola con manteca de chancho, y cambiando el chile jalapeño por el chile dulce, la cebolla y el culantro.