El idilio en el Principado de Mónaco llevó su celebración a los Alpes suizos. Este sábado, el hijo de Carolina de Mónaco, Andrea Casiraghi, se casó religiosamente con la multimillonaria colombiana Tatiana Santo Domingo en la localidad de Gstaad.
Tras una discreta ceremonia civil en agosto , viajaron al exclusivo resort de esquí para bautizar a su primogénito, Sacha, y fortalecer sus lazos con la bendición religosa.
Según la revista Hello! , Tatiana, de 30 años, pasó la mitad de su vida en Gstaad. En ese mismo sitio suelen pasar varias temporadas de vacaciones los miembros de la familia real monegasca.
El padre de Tatiana, Julio Mario Santo Domingo, falleció en el 2011. Era uno de los hombres más ricos de Colombia, pues su fortuna se estimaba en unos $8.400 millones. Invirtió en los sectores de telefonía, transporte aéreo y medios de comunicación.
A la joven la acompañó hasta el altar su hermano, Julio Mario Santo Domingo.
Lujoso. Como en otras ocasiones, Andrea y Tatiana celebraron su amor en medio de gran lujo. Se hospedaron en la suite Panorama del Hotel Alpina, que cuesta unos $23.000 por noche.
Los esposos ofrecieron un fin de semana de celebraciones para unos 300 invitados, entre los que se encuentran la actriz Uma Thurman, el príncipe Nikolaos de Grecia y Margherita Missoni, heredera de la casa de moda italiana.
Por supuesto, también estuvieron presentes Carolina de Mónaco, Alejandra de Hannover y el príncipe Alberto de Mónaco.
El viernes celebraron con una fiesta de fondue , platillo célebre de la ciudad suiza, en el restaurante Eggli. Asimismo, varios invitados aprovecharon para esquiar en medio de los espectaculares paisajes.
El recinto de la boda fue el convento de San Nicolás de Rougemont, construido por monjes de la Orden de Cluny en el siglo XI.
Valentino diseñó el vestido de Santo Domingo, quien suele optar por un estilo discreto. En su boda civil había lucido un atuendo descrito como bohemian chic en la prensa rosa . De acuerdo con Hello! , el desfile se hizo en un pasillo cubierto de rosas blancas y el Ave Maria acompañó a la novia hasta Casiraghi.
La mayoría de los huéspedes se hospedaorn en el Hotel Palace, uno de los más reconocidos de la zona. Allí celebrarán un brunch este domingo para despedirse de sus invitados.
Con la nieve y los Alpes como testigos, consagraron un romance que llevarán al Mediterráneo.