Con tristeza, dolor, impotencia y también esperanza en el cambio, cientos de costarricenses –muchos de ellos músicos– se unieron ayer por la mañana en la Marcha por una Cultura de Paz para protestar contra la violencia en el país.
Todos estaban allí, en el centro de San José, por una misma razón: recordar a Valeria Cortés y Sebastián Condor, jóvenes músicos asesinados el 13 de enero en Cartago e implorar por la paz.
Cientos de personas llegaron vestidas de blanco, con mensajes de paz en pancartas y camisetas, así como su instrumento musical al hombro. La caminata comenzó a las 9 a. m. en la avenida segunda y se enrumbó hacia el Centro Nacional de la Cultura (Cenac).
En la antigua Fábrica de Licores, los recibieron músicos de diversas orquestas y bandas, quienes, por medio de la música, levantaron la voz para que las autoridades y la sociedad en general busque soluciones a la creciente violencia.
Entre los que participaron en el concierto estuvieron la Banda Sinfónica Elemental del Instituto Nacional de Música (INM), la Orquesta Sinfónica Juvenil INM y Banda Intermedia INM.
En la plazoleta del Cenac, algunos se sentaron en el piso para escuchar a esas agrupaciones, mientras otros aprovecharon la presencia de los medios para pedir cambiar la situación del país, la cual califican como “preocupante”.
La marcha tuvo un participante especial: Carl St. Clair, nuevo director titular de la Orquesta Sinfónica Nacional. Al saber del doble asesinato y la manifestación, decidió pagarse su pasaje desde Estados Unidos para solidarizarse con los músicos costarricenses.
Las voces contra la violencia fueron mucha; entre ellas la de María Leitón, de 38 años. “No los conocía, pero cuando vi la noticia me sentí muy afectada. No me puedo imaginar cómo pasan estas cosas; Costa Rica está mal, algo hay que hacer”, comentó esta vecina de Tibás.