El corredor de la casa de Ana Benavides se convierte en una soda durante dos meses. A su hogar llegan cientos de personas a comer durante el tiempo que duran los festejos de Palmares.
Desde hace 12 años, esta emprendedora ama de casa aprovecha la celebración de su pueblo para sacar ganancias, al igual que lo hacen muchos vecinos.
Ana asegura que el beneficio que tienen los lugareños son muchos, aunque a algunos no les gustan estas fiestas y se quejan de que no les deja nada bueno.
Ella abre el portón del corredor de su casa todos los días desde mediados de diciembre hasta la primera semana de febrero. Los primeros y los últimos clientes que atiende en la temporada son los trabajadores del campo ferial que montan toldos, chinamos y juegos mecánicos.
“Durante las fiestas abrimos desde las 3 a. m. y, por lo general, cerramos a eso de la 1 a. m. Hay días en que solo dormimos una hora, pero la ganancia se saca si se trabaja bien”, comentó Ana.
Según esta palmareña, un principio de año en las fiestas puede generar ganancias libres de entre ¢3 y ¢4 millones. Los vecinos deben pagar permisos y patentes comerciales a la municipalidad para poder montar los negocios sin ningún problema.
“Antes lo trabajábamos en familia, pero, conforme crecieron los hijos y se fueron, hubo que contratar a señoras para que nos ayudaran. Este año metimos a ocho personas, entre vecinas y amistades; eso es bueno porque generamos trabajo”, explicó.
Del pueblo. ¿Conoce lo que es una caldosa? ¿A qué le suena? Pues le contamos que es una “boquita” tradicional palmareña que consiste en un paquete de Picaritas con ceviche de pescado en su interior. ¿Le apetece? Pues en el campo ferial de Palmares puede encontrarla muy barata.
Este año, Hugo Ledezma, palmareño de cepa, aprovechó la combinación que se creó en su pueblo para ofrecerla a los visitantes. Ledezma es el único palmareño con un chinamo en el campo ferial.
“A un vecino se le ocurrió hace un tiempo combinar el ceviche con estas Picaritas porque le sabía bien. De ahí, se empezó a popularizar y la combinación del sabor del pescado y el limón con lo crujiente ha sido un éxito, que ahora aprovechamos para darlo a conocer a los visitantes a las fiestas”, afirmó Hugo.
Otra que aprovecha las fiestas muy bien, en especial el tope y el carnaval, es la familia Campos. Ellos viven en la famosa “recta de Palmares” y frente a su casa pasa el recorrido de ambas actividades, por lo cual aprovechan.
Los Campos alquilan el frente de su casa para tarimas y se ganan su buena plata; este año alquilaron el espacio en ¢1.500.000, nada mal para no tener gastos de inversión porque la estructura y los permisos para montarla los paga quien alquila el campo.
“Tenemos 45 años de vivir aquí y desde que recuerdo alquilamos el frente. A nosotros no nos molesta para nada estar al puro frente del tope y el carnaval o tan cerca del campo ferial, más bien es entretenido ver pasar a la gente, aunque el tope preferimos verlo por televisión que estar afuera”, contó Carmen Campos, dueña del lugar.