Cartago
El ¡fara fara chin! de las cimarronas fue el mismo, igual los cabezones y enanos, pero dos personajes “tétricos” hicieron la diferencia anoche en los festejos de las mascaradas costarricenses, en Cartago, precisamente ciudad, donde nació esta tradición, en l877, en los festejos patronales, de la Virgen de los Ángeles.
Ella, “La Bruja del Río Loro”, y Él, el “Padre sin cabeza”, infundieron miedo especialmente a los niños, que de manos de sus padres observaban a la bruja pendiendo del nuevo balcón del Palacio Municipal pegando chillidos “escalofriantes” y el sacerdote decapitado, dentro de las Ruinas, recibiendo a los visitantes.
Del Padre, cuentan que “en las noches de brumas, ronda su alma en pena, por haber profanado este templo”, y de La Bruja del Río Loro, se dice que “ella te podría perder en su bosque, y atormentarte una eternidad, si haces daño a su morada”.
La escultura del Padre, de un tamaño natural, quedará desde anoche en forma permanente, “cómo un atractivo turístico más de las Ruinas, por eso la mandamos a hacer y darle un nuevo colorido a la celebración de las mascaradas”, explicó el Alcalde de Cartago, Rolando Rodríguez.
También en la Plaza Mayor anoche se arremolinaba la gente para visitar “La Casa de las tradiciones costarricenses”, donde entrando por un pequeño laberinto, se podría observar a “La Llorona”, “El Cadejos”, la carreta sin bueyes, entre otras leyendas.
Pasacalle
El pasacalle de las mascaradas fue organizado como es tradición por el Colegio Universitario de Cartago cuyo promotor cultural, Rodrigo Muñoz, dijo que la lucha que han dado, desde hace varios años para que esta tradición “anule” poco a poco las celebraciones importadas de Halloween, “ya son replicadas en todo el país, por lo que estamos muy satisfechos”, dijo.
Este desfile de mantudos, gnomos, zanqueros, cimarronas y grupos de bailes folclóricos se inició a las 6 de la tarde, de la Iglesia María Auxiliadora y tardó alrededor de dos horas para llegar a la Basílica de Los Ángeles donde culminó.
Participaron, mascaradas de Barva, Escazú, Desamparados, Santa Ana, Tres Ríos, San Rafael de Oreamuno, Paraíso y Cachí.
¡Fara fara chin!, luces, colores, personajes estrafalarios y algarabía, en esta noche fría y brumosa, característica de la vieja metrópoli.