No hay nada que ver en San José. No hay nada más equivocado. Las artes visuales de la capital tienen una oferta riquísima y en esta ocasión les hablamos de tres exposiciones: una explora las decisiones y el tejido de la vida, otra se atreve a imaginarse el espacio inexistente que inspira una novela y la última nos propone un acercamiento a lo que fueron las luchas campesinas en los años 70.
La vida, un hilo
Lugar: Museo Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia
Dirección: Avenida 11, calle 25; 100 m al este y 100 m al norte de la iglesia Santa Teresita en barrio Escalante.
Horario: Hasta el 1.° de junio. De lunes a sábado, de 9 a. m. a 5 p. m.
Artista: Ariane Garnier.
Nadie más es responsable, cada uno tiene el poder sobre su vida. Esta es la premisa que plantea la artista Ariane Garnier en su nueva exposición.
La muestra La vida, un hilo reúne 25 piezas entre técnicas mixtas, instalaciones y videoarte en las salas del museo Calderón Guardia. Al hablar acerca de la motivación de este trabajo, Garnier es enfática: "Nosotros tenemos en la mano el hilo y la responsabilidad de tejer nuestra propia vida y hacernos responsables. Debemos de dejar de ver hacia afuera; hay que aceptar, romper y actuar. El poder está en nuestras manos".
Luis Rafael Núñez Bohórquez, director del Museo Calderón Guardia y curador de la exposición, encuentra en la propuesta la búsqueda del ser, "de lo primitivo para comprender el presente, lo actual, que en interacción con el pasado edifica el futuro", detalla una gacetilla.
La creadora ha ofrecido talleres a colegiales y el 1.° de julio dará uno gratuito y abierto al público mayor de 14 años sobre la experiencia del arte participativo. La actividad será de 9 a. m. a las 12 m. en el museo; requiere llevar materiales básicos (lápices, tijeras, goma, pinturas, etc.) y tiene cupo limitado, por lo cual hay que inscribirse en el correo musecal2016@gmail.com o por medio de los números de teléfono 2222-5765/2255-1218.
El espacio que nunca existió
Lugar: Museo de Arte y Diseño Contemporáneo.
Dirección: Centro Nacional de Cultura (Cenac); en calle 11, entre avenidas 3 y 7.
Horarios: Martes a sábado de 9:30 a. m. a 5 p. m.; abierta hasta setiembre.
Artistas: Verónica Alfaro, Róger Muñoz y Miguel Solórzano (arquitecto).
Dos artistas visuales y un arquitecto se unieron para hacer una lectura y propuesta basada en La ruta de su evasión, novela insigne de la escritora costarricense Yolanda Oreamuno (1916-1956). No es una lectura cualquiera, es una que reconstruye los espacios del libro; por supuesto, no es una recreación literal, sino que un pretexto para hablar de una casa de clase media en donde pueden ocurrir situaciones similares a las que plantea la autora nacional.
“Diría que este proyecto trabaja con ecos. El eco de ciertas palabras y frases en formas, tonos y texturas; y también el eco de la obra de Oreamuno en la vida de los artistas y su análisis de la sociedad que a ellos les ha tocado vivir”, explicó la curadora Adriana Collado-Chaves en la información acerca del proyecto.
La visión de los tres participantes se hospeda en El Tanque del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo; por tanto, es una propuesta experimental. Desde el jueves 15 y hasta setiembre será una composición que se irá construyendo, desarmando y volviendo a levantar; los espectadores se encontrarán con un proceso en constante cambio.
Por su parte, el artista Róger Muñoz comentó: “Estamos conscientes que el proyecto se configura en la incertidumbre y el azar”.
Luchas campesinas y el papel de las universidades públicas (1970-1980)
Lugar: Biblioteca Nacional.
Dirección: Costado norte del Parque Nacional; segundo piso, en la Sala España.
Duración: Hasta el 29 de junio
Fotógrafo: el sociólogo Miguel Sobrado Chaves, o imágenes parte de su archivo personal.
En 32 imágenes, el sociólogo Miguel Sobrado nos acerca a una historia de luchas, negociaciones, esfuerzos y cambios; se trata de un vistazo a un movimiento social de la década de los años 70. Esta exposición muestra fotografías hechas por Sobrado y reunidas por él acerca del papel de las universidades públicas en zonas de conflicto de tierra entre precaristas y terratenientes de obreros desplazados de las bananeras y campesinos sin tierra en la Zona Sur, Pacífico Central, Caribe y Guanacaste. Los centros de estudios superiores intervinieron por medio de trabajos de extensión universitaria entre 1970 y 1980.
“Como producto de estas luchas se fortaleció el movimiento campesino en zonas de conflicto y hoy en día existen prósperas comunidades de productores en los cantones de Coto Brus, Corredores y Aguirre, entre otros. Dentro de esta lucha floreció el cooperativismo rural en antiguas tierras bananeras. De este proceso surgieron grandes cooperativas de productores que empujan el desarrollo de sus comunidades, así como las cooperativas de autogestión (...)”, detalló el sociólogo y profesor pensionado en un comunicado de la Universidad Nacional.