Una exposición en la Galería Klaus Steinmetz deja claro que una silla es más que un mueble para sentarse.
Fabricadas con madera, metal, tela, fibras naturales, piedra, cemento y hasta materiales de desecho, estas sillas despliegan la creatividad de 20 artistas.
“La silla es un objeto cotidiano, pero también es un ícono del diseño. En esta exposición, nos encontramos con diversas aproximaciones que van desde las sillas convencionales hasta enfoques más conceptuales”, explicó el director de la galería, Klaus Steinmetz.
Tubos de metal, durmientes de madera que alguna vez pertenecieron a una línea férrea, partes de una computadora, acero, hierro galvanizado y vidrio, sirvieron de materia prima para estas obras.
La silla diseñada por Marco Mora propone una mirada nostálgica a los televisores de las décadas 50 y 60, mientras que Pamela Hernández aprovecha estructuras de viejas computadoras para darles un nuevo uso. Montserrat Mesalles diseñó su obra Tuborete a partir de ductos industriales y poleas. Su asiento ergonómico consiste en un tubo conductor de vapor que emerge de la pared y tiene como respaldar la polea de un compresor.
El arquitecto Juan Robles también destacó el carácter industrial de la silla en su obra Metamorfosis , una composición de polígonos de acero con acabado en pintura de carrocería. La pieza Kékóldi de José Pablo Alvarado – All be design – combina los principios del diseño con técnicas de artesanía indígena. Los tejidos fueron fabricados con palma y teñidos con pigmentos naturales. Por su parte, Janine Schneider presenta su u+n chair / chaise, una pieza con doble funcionalidad: un asiento tradicional o una silla de playa.
Multifuncional. La obra diseñada por el estudio Cloud 9 en madera cristóbal, acero inoxidable y textil también es una propuesta multifuncional que puede adaptarse para convertirse en un banco, una silla o una mesa pequeña. La Banca Birriz, de Mario Arias – MAD Living – recuperó durmientes de madera del antiguo ferrocarril al Atlántico. Esos bloques añejados y desgastados por el tiempo fueron chorreados en concreto para rellenar los agujeros y otras imperfecciones, de modo que la pieza ofrece una fusión de materiales.
El escultor Ángel Lara también rescató durmientes y los usó como base para su obra, en la cual también integra un fragmento de un viejo portón.
El diseñador Rodolfo Morales exhibe su silla Aborigen, la cual fue fabricada con madera de pejibaye y está inspirada en los hábitos de cacería de los pueblos indígenas. Por su parte, el arquitecto Diego van der Laat, del estudio Sanjosereves, propuso una deconstrucción de la silla: eliminó los elementos prescindibles y el resultado fue una especie de muleta, o como él lo llamó, un “perchero para el cuerpo”. Ese enfoque minimalista también se observa en la obra de Catherine Román, fabricada con madera y metal. La galería Klaus Steinmetz está ubicada al costado este de plaza Rolex, San Rafael de Escazú.