Un piano cambió el mediodía en Alajuela

Contentísimos y con ganas de volver fue como salieron los cerca de 200 asistentes –el lugar tiene 180 butacas– que acudieron ayer a la primera función del espacio Teatro al Mediodía, en el Auditorio del Museo Histórico Juan Santamaría, en Alajuela.

Durante 45 minutos, el público disfrutó y aplaudió la presentación de Manuel Obregón, pianista y ministro de Cultura, con un recital de su disco Piano Malango.

Las personas esperaron pacientes durante los minutos previos a la función. A las 11:55 a. m., niños inquietos junto a sus madres, jóvenes parejas, empleados bancarios, turistas extranjeros y adultos mayores ingresaron poco a poco al auditorio Juan Rafael Mora Porras.

Un acto protocolario fue lo primero. Juan Madrigal, director del museo y precursor de repetir en Alajuela la idea original del Teatro Nacional, le agradeció a los presentes por responder al llamado de la cultura y el arte.

“Tenía fe de que no iba a caber la gente y así fue”, dijo Madrigal.

Piano festivo. A las 12:17 p. m. apareció el invitado, con su larga cabellera y un gesto cordial saludó y, sin perder tiempo, se sentó y comenzó a tocar.

Desde las primeras notas, los espectadores quedaron como hechizados por el piano. Desde los niños hasta los mayores quedaron absortos con la música.

Lo primero que se escuchó fue un preludio del compositor paraguayo Agustín Barrios Mangoré. Luego, Obregón se dirigió al público para agradecer la invitación y para explicar un poco acerca de la música que interpretaría, sus compositores y los países de los cuales procede.

“Es bueno que sigamos tocando música, aunque a algunas personas no les parezca”, afirmó el pianista y Ministro, en relación a críticas que recibió por continuar con su actividad artística.

Desde el piano, Obregón llevó a los alajuelenses por una travesía musical, con obras de Panamá, como fue Brisas mesanas; por Nicaragua y por la pampa de Guanacaste, con creaciones como Son de toros, de Ulpiano Duarte.

Cuando el reloj marcó la 1:02 p. m., el pianista terminó su participación con Sueños, obra de su autoría que dedicó a sus padres, presentes entre el público.

Los aplausos fueron prolongados, los rostros de satisfacción pulularon. Los comentarios repetían, una y otra vez, lo bueno de que en Alajuela se realicen más actividades dedicadas a la cultura.