En 1968, los productores musicales Mike Theodore y Dennis Coffey fueron a un bar junto al río Detroit, en la parte más aislada de la ciudad, para ver a un cantautor llamado Rodríguez. Cuentan que dentro solo se respiraban cerveza, cigarros y cáscaras de maní, y que en el fondo se escuchaba el sonido de una guitarra.
Theodore y Coffey atravesaron la pared de humo para encontrarse con la sombra de un hombre, de espaldas al público, cantando en un rincón. Coffey relata, maravillado: “Como no se podía ver su cara, había que escuchar sus letras, y el único cantautor que había escuchado en aquella época que escribiera así de bien era Bob Dylan”.
Theodore y Coffey se convertirían en los productores del primer disco de Jesús Sixto Rodríguez: Cold fact (1970).
Las letras de Rodríguez revelan una poesía descarnada acerca de los barrios humildes de Detroit, una de las ciudades que sufren más pobreza y desigualdad social en los Estados Unidos. Luego, Sixto añadía música —blues, folk, rock, pop— a esos versos sobre las penurias que veía y sufría.
El exitoso productor Steve Rowland no dudó en producir el segundo disco de Rodríguez: Coming from reality (1971). Rowland aún se emociona cuando escucha la canción Cause : “Porque perdí mi trabajo dos semanas antes de navidad, y hablé con Jesús en el bar, y el Papa dijo que no era su maldito asunto. Mientras la lluvia tomaba champán, mi arcángel estonio vino y me encontró borracho. Porque el beso más dulce que me han dado es aquel que no he probado”.
Rodríguez lo tenía todo para triunfar: la voz, los arreglos musicales, unas letras proféticas que parecían destinadas a convertirlo en un icono de la música folk, y productores que contribuyeron al éxito de artistas como Stevie Wonder, Ringo Starr, Gladys Knight, The Temptations, Boney M, The Cure. Sin embargo, Cold fact y Coming from reality fueron rotundos fracasos comerciales, y Rodríguez dejó la música profesional para trabajar como peón de construcción. Desapareció por completo de la palestra musical estadounidense.
Al otro lado del mundo. Una copia de Cold fact llegó a Sudáfrica en los años en los que el Apartheid sometía al país a las más férreas censura y segregación. Aquellas canciones antisistema se diseminaron de manera virulenta y se convirtieron en símbolos de la rebeldía y la libertad para toda una generación.
En una época en la que no existía Internet, los fans sudafricanos no sabían nada acerca de Rodríguez y surgieron muchas leyendas sobre su figura. Décadas después, dos de ellos se empeñan en averiguar qué pasó con su ídolo, y el único modo que encontraron para rastrearlo fue seguir las letras de sus canciones.
Entre tantos versos que hablaban de Nueva York, Ámsterdam y Georgia, solo Inner city blues los condujo a Detroit. Esta investigación llegaría a oídos de un cineasta sueco desempleado, Malik Bendjelloul, mientras realizaba un viaje por Sudáfrica.
Cautivado por la poesía de Rodríguez y preguntándose cómo era posible que no lo hubiese escuchado antes, Bendjelloul volcó toda su energía en una obra documental que relata la búsqueda de un mito: Searching for Sugar Man.
La película ha recibido fabulosas críticas en todos los países donde se ha estrenado, y ganó los premios Oscar y Bafta del 2013 a Mejor Documental. Cuatro décadas después de su fracaso, la cinta catapultó a Rodríguez como uno de los mayores redescubrimientos del momento y el mayor suceso musical del año 2012.
Impacto real del documental. Aunque el documental es una modalidad audiovisual que trabaja con material tomado directamente de la realidad, son pocos los ejemplos de este tipo de películas que han logrado tener un impacto palpable sobre la vida real, como lo ha hecho Searching for Sugar Man.
Los documentales de Michael Moore Bowling for Columbine (2002) y Fahrenheit 9/11 (2004) obtuvieron excelentes resultados de crítica, premios y recaudación en taquilla, pero ninguno de los dos logró cambiar la realidad que reprochaban abiertamente: Bowling… no detuvo la proliferación de armas ni la violencia en las escuelas norteamericanas, y Fahrenheit… no influyó en que George W. Bush no fuera reelecto presidente de los Estados Unidos.
Entre los pocos documentalistas que pueden estar orgullosos de haber transformado la realidad con su obra se encuentra el peruano Javier Corcuera, con el filme La espalda del mundo (2000).
Una de las tres historias de esa cinta la protagoniza Thomas Miller-El, quien se encuentra en el "corredor de la muerte" de una cárcel de Texas. Las confesiones del condenado son contrapuestas con las declaraciones frías del alcaide, el capellán y otros funcionarios de la prisión, y la película contribuyó a la suspensión de la condena de Miller.
Otro documental con impacto sobre la realidad, más cercano a Searching for Sugar Man por su impronta musical, es Buena Vista Social Club (1999), del alemán Wim Wenders.
La filmación de Wenders y la voluntad del compositor y productor estadounidense Ry Cooder devolvieron del olvido a legendarios músicos cubanos como Ibrahim Ferrer, Eliades Ochoa, Omara Portuondo y Compay Segundo. Tras años en la sombra, el documental los hizo renacer y luego todos llegarían a ganar premios Grammy.
En Costa Rica, el documental Los Vargas Brothers (2012), de Juan Manuel Fernández, hizo otro tanto con los hermanos Álvaro, Eddy, Juan y Eduardo Vargas. El estreno hizo recordar las presentaciones en vivo de una agrupación que tuvo sus años de gloria durante las décadas de 1970 y 1980.
El éxito no lo inmuta. Rodríguez hoy tiene 71 años y sufre una enfermedad que lo está dejando casi ciego. Ya no trabaja en la construcción y dedica grandes esfuerzos a cantar en conciertos por todo el mundo, desde el Radio City Music Hall de Nueva York hasta el Primavera Sound de Barcelona. Gana cientos de miles de dólares en sus giras, pero dona la mayoría del dinero. No se ha mudado de la humilde casa donde ha vivido durante los últimos 40 años. No tiene auto ni Internet, ni siquiera un televisor, y por esto no vio ni escuchó el momento en el que entregaron el Oscar al director de Searching for Sugar Man.
Luego de cuatro décadas, las letras de sus canciones mantienen una vigencia escalofriante. Rodríguez es un soñador que conserva la misma postura de cuando Mike Theodore y Dennis Coffey lo descubrieron cantando de espaldas al público en un bar del desolado Detroit. Tímido y acongojado, con una sonrisa a medias, rechaza los aplausos de sus fans cuando entona:
“El alcalde oculta los porcentajes de crímenes. El público se pone furioso, pero se olvida de ir a votar. No recogen la basura y las mujeres no están protegidas. La mafia crece y crece, como la contaminación en el río. La venta de armas está en aumento. El papa hunde a la población. Policías racistas, nada de ficción. El hombre común sufre abusos, y le reclutan a los hijos y su dinero. Abrí la ventana para oír las noticias, pero todo lo que escuché fue el Establishment blues”.
.............
Searching for Sugar Man se exhibirá el viernes 23, el sábado 24 y el domingo 25 de agosto a las 8:30 p.m. en el Edificio Steinvorth, en el centro de San José. Las tres funciones estarán acompañadas de un espectáculo musical a cargo del cantante y guitarrista Felipe Pérez, quien interpretará obras suyas y de Rodríguez.
El estreno en salas comerciales se realizará en septiembre.
......
Ficha técnica. Dirección, guion y montaje: Malik Bendjelloul.
Producción : Simon Chinn, Nicole Stott, George Chignell.
Música : Sixto Rodríguez.
País : Suecia y Gran Bretaña.
Año : 2012.
Género : documental.
Duración : 87 minutos.