Aunque para la mayoría de actores y bailarines es un privilegio poder vivir del arte, para los artistas costarricenses el poder subirse a un escenario y mostrar su trabajo también conlleva una responsabilidad: la de representar dignamente a toda su gente.
En eso coinciden tres rostros de las artes costarricenses: la bailarina Doris Campbell, el actor Winston Washington y el productor de stand up comedy Dan Robinson.
“Yo me siento muy importante dentro de mi rama artística. En mi caso a nivel profesional no hay tantos bailarines afrodescendientes, entonces en cada trabajo que asumo tengo un compromiso con la gente de mi raza y color para enseñarle al resto del país que los afrocostarricenses somos capaces de muchas cosas: que no solamente destacamos en deporte, si no en la cultura y muchas áreas”, aseguró Campbell, veterana de la danza costarricense y maestra del Taller Nacional de Danza.
“No solo se trata de darlo todo en escena si no de ser cuidadoso con los pequeños, pero grandes detalles”, explica Washington.
“A la hora de las ofertas laborales tengo un gran cuidado; reviso que no sean ordinarias, es decir que no sean propuestas donde se maneje un lenguaje incorrecto, con términos racistas u homofóbicos. Hay un gran sentido de responsabilidad en mí, tengo la necesidad de que lo que hago sea congruente con mis ideales”, acotó.
Creérsela. Para Dan Robinson, además de la preparación, es muy importante que el artista afrocostarricense sea más arriesgado y luche por sus sueños.
“Siempre he visto que hay mucho talento en Limón, el problema es que se queda allá. Pienso que si las propuestas artísticas de la provincia se vienen a San José serían muy bien recibidas”, acotó el artista, quien también es maestro de ceremonias ( MC ) en fiestas de música electrónica.
Sus colegas coincidieron con él y aseguraron que su gente tiene un talento y una autenticidad únicas, lo cual los hace atractivos para cualquier productor o director.
“Tenemos un punto de partida más honesto. Por ejemplo, una persona del Valle Central cuando hace sus búsquedas artísticas recurre a lo más conocido o popular, pero un afrodescendiente lo hace desde sus raíces. Es una cosa menos maquillada”, comentó Washington.
Dan Robinson recomendó a las nuevas generaciones de artistas apostar fuerte por sí mismos.
“Le digo a la gente joven que salga. Es importante que se hagan escuchar, que tengan sus propuestas y salgan a la calle a tocar puertas a los teatros y en los festivales, porque hay mucha gente que necesita escucharlos, conocer su trabajo. A mí me ha ido bien por no dejarme el producto para mí mismo; eso me ha llevado a tener presentaciones que han ido desde los 50 hasta los 15.000 espectadores”, concluyó.