El Retrato del capitán general es un óleo sobre lienzo en el que Juan Rafael Mora aparece ataviado con el uniforme militar y sus condecoraciones. El fondo simula una estancia del Palacio de Gobierno, en cuya pared cuelga el Escudo de la República , un escudo de armas que hoy se conserva en el Museo Nacional . Completa la escena una pequeña mesa, el sombrero de plumón de garza y el bastón con puño de marfil que conservan sus descendientes.
Esta obra fue elaborada durante este año y fue presentada en el Salón Dorado de la Casa Amarilla con motivo de mi incorporación como Académico de Número en la Academia Morista Costarricense.
De Mora existe una única fotografía conocida realizada en Panamá, cuyo original fue recientemente recuperado en la Biblioteca de la Universidad de Cornell en Nueva York. Una copia de esa foto, en que Mora aparece frente a la cámara, ha sido un valiosísimo documento de consulta permanente para la ejecución de la obra.
En este trabajo, el presidente muestra un ligero escorzo hacia su lado izquierdo, para lo cual he debido recurrir a las reglas generales de la anatomía para intentar lograr la posición, respetando los rasgos faciales de la fotografía de referencia; asimismo, intenté conciliar la idea que tengo del ilustre Presidente con la correcta representación de un retrato de Estado.
He tenido presente las importantísimas investigaciones históricas de Armando Vargas Araya, en especial la detallada descripción física que hace acerca de él. Cuenta de que “su estatura es de escaso 1,60 m. Grueso de contextura, relleno el rostro y el cuello corto. Cabello negro peinado hacia atrás y espesa sotabarba. Piel aceituna, ligeramente morena. Frente despejada, de clara inteligencia. Cejas largas, mirada penetrante. Labio superior delgado, nariz romana. Camina firme, lleva bastón con empuñadura de marfil…”
El antiguo Reglamento de las Milicias de la República, decretado en diciembre de 1850, describe detalladamente el uniforme de Capitán General y me ha permitido reconstruirlo. “Pantalón encarnado con franja de oro, casaca azul turquí con cuello, solapas, botamangas y barras encarnadas, bordadas de oro, charreteras de canelón grueso con dos estrellas de plata en cada pala, sombrero apuntado con garzota blanca…el bordado figurará ramas de laurel y oliva entretejidas… el general en Jefe llevará además el bastón de mando… Los jefes y Oficiales del estado Mayor …usarán faja de los colores del pabellón nacional y espada corta…”
De esta obra existen dos copias: la primera es de la Asamblea Legislativa y fue colocada en el despacho de la Presidencia en el Castillo Azul; la segunda pertenecerá a la Academia de Historia de Cuba, a la cual será entregada por el presidente de la República en los próximos días. La obra original es de la Academia Morista Costarricense y se exhibe temporalmente en el Club Unión.
Los costarricenses, su trabajo, su historia y sus tradiciones son los temas que desarrollo.
Considero que la pintura histórica es la deuda mayor de los artistas con el país. En los próximos años me propongo desarrollar un friso de nueve obras al óleo, de gran formato, sobre la década que gobernó el país Juan Rafael Mora, al igual que una serie de siete lienzos que recogerán tradiciones de las siete provincias de Costa Rica. El primer trabajo trabajo está destinado para un edificio público y el segundo para un Centro de Convenciones.
La pintura histórica exige un especial rigor académico, lo cual compensa con el mejor de los resultados: la generosa comunicación, esencia misma del arte de pintar.