Amalia Chaverri
Fotografía: Albert Marín
El jurado acordó otorgar el Premio Áncora de Novela a Rafael Ángel Herra, autor de libro D. Juan de los manjares , por los siguientes motivos. Esta obra enriquece la novelística contemporánea y los nuevos cánones literarios que surgen a finales del siglo XX.
El tema aborda tres historias de mundos antagónicos. Las tres historias narradas –crímenes, amores, detectives– convergen y se intercalan en la novela gracias a una rica polifonía que recrea la visión de los diferentes grupos sociales que interactúan.
El excelente e irreprochable uso del lenguaje en esta novela logra un contrapunto estilístico entre los registros linguísticos de los grupos aludidos: un lenguaje burdo, vulgar y soez, frente a un lenguaje pulido, de lirismo justificado, depurado, que construye un erotismo con ingeniosas metáforas alusivas a los deleites de la gastronomía.
La propuesta revela una feroz posición crítica frente a la política, los fanatismos, los vicios, el machismo, la corrupción, el consumismo, la “construcción” de modelos como estímulo al consumo, la trata de personas, entre otros males.
La disección del ambiente urbano, sus bares, calles, carreteras, tráfico, escondrijos, “huecos”, etcétera, enriquecen las tendencias de la literatura actual costarricense, encaminada a la reelaboración de dicho espacio.
Los difusos límites existentes entre la realidad y la ficción, como una de las obsesiones del escritor, se manifiesta en cambios y juegos: entre narradores, el narrador como personaje, los personajes fuera de la trama y su enfrentamiento con el narrador y el lector en el proceso de creación.
Igualmente destaca, como novedosa, la inclusión del tema del narrador como voyeur, lo cual aporta ludismo a la propuesta.
En la novela, el recurso de la metaficción induce a reflexionar sobre el acto de escribir y reflexionar: no hay metaficción sin ficción; de igual modo, la propuesta de ser sujeto y objeto creativo. El carácter connotativo del lenguaje implica un más allá de la simple narración, papel que juega aquí el lenguaje lírico/erótico.
El texto está construido con un cuidadoso y nítido lenguaje, uno de los rasgos esenciales de la literatura. El libro revela un uso equilibrado de las técnicas y las tendencias modernas, con innovaciones propias del devenir de la literatura, en una propuesta crítica y audaz.
En síntesis, todo ello es muestra de la experiencia del escritor en el conocimiento de los textos ficcionales y de las letras en general.
Lea un artículo del autor sobre su libro en
http://www.nacion.com/2013-01-27/Ancora/otro-don-juan.aspx