GUADALAJARA, México. AFP Antes de fallecer en el 2010, el Premio Nobel José Saramago dejó escritas 30 páginas de Alabardas , una novela sobre el oscuro mercado de las armas.
El escritor portugués “decía que no quería morirse sin haber abordado de una forma directa el por qué se hacen armas”, contó su viuda, la española Pilar del Río, en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL).
La trama, que se lee sobre un papel satinado y entre grabados del alemán Günter Grass, reflexiona sobre los intereses ocultos en la política internacional y que subyacen a la mayor parte de los conflictos bélicos del siglo XX.
“No hay momento más idóneo que este para volver a traer a José entre nosotros”, estimó la periodista mexicana Lydia Cacho, al referirse a los más de 100.000 muertos y desaparecidos en México, desde el 2006.
Para la activista, la obra póstuma de Saramago es una metáfora de la situación que atraviesa México. “Así estamos en este momento, como historias inacabadas buscando respuestas”, dijo.
“ Alabardas contiene la prosa exquisita de Saramago , su ideología y las notas (...) que no son simples notas de trabajo, son lecciones de escritura”, estimó la autora argentina, Claudia Piñeiro.
El libro incluye textos del escritor y periodista italiano Roberto Saviano, cuya obra explora los intrincados mecanismos del crimen organizado, así como del español Fernando Gómez Aguilera, quien dedicó buena parte de su trabajo a estudiar la vida y obra de Saramago, fallecido a los 87 años a causa de leucemia.