Por Diego Bosque G.
¿Se agrava sustituir un personaje como Shylok que lleva mucho peso dentro del relato?
Siempre se agrava, pero como te digo... reemplazar actores es tan viejo como el teatro tener que sustituir personas en el último momento, a veces hasta en el mismo día. Son muy conocidas las historias de actores y actrices que son los mejores y que se enferman o se parten una pierna, y alguien que ha estado en los ensayos toma ese lugar y lo hace bien, triunfa.
¿Cómo se dio el contacto con Arnoldo para el papel?
En el momento en el que tuvimos problemas empezamos a tocar posibilidades. Cuando Melvin se puso mal, como a las 11 p. m., empezamos a ver posibilidades de actores. Siempre, uno se pone como a la retaguardia y ya estamos acostumbrados, porque hay un compromiso con el teatro y no podemos parar.
¿Estuvo en algún momento en riesgo el inicio de la obra?
No. Siempre seguimos trabajando y leyendo el personaje. No paramos nunca de ensayar.
¿Cuál es la importancia de esta obra dentro de la sociedad de consumo en la que vivimos?
Viene muy ligada a toda la problemática económica de nuestra época, a toda esa cuestión de una usura legalizada.