Cuando se dedicaba a equivocarse, el poeta Manuel González Prada escribía: “Los bienes y las glorias de la vida / o nunca vienen o nos llegan tarde”. ¿Le ha llegado tarde el Premio Magón a Julieta Dobles? “No. Los premios llegan a tiempo..., salvo que sean póstumos. Los premios equivalen a decir: ‘Lo estás haciendo bien; nos gusta’. Por esto, los premios son muy importantes en la juventud, cuando estamos llenos de dudas”, responde la escritora.
Cuando un Ministerio de Cultura acierta, también es un Ministerio de Justicia; lo ha sido ahora al conceder el Premio Magón, el más importante de la cultura nacional, a Julieta Dobles, nacida en San José en 1943, y nacida nuevamente en 1965, cuando publicó su primer poemario: Reloj de siempre.
La poetisa –o la poeta (forma que ella prefiere)– ha recibido cinco veces el Premio Nacional Aquileo J. Echeverría en Poesía, además de otros galardones en Costa Rica y fuera de ella (véase un recuadro). Ella ha publicado catorce libros, todos de poesía, y ya está casi listo otro: Trampas al tiempo. “Son escritos de madurez”, resume la autora y añade:
–La EUNED acaba de publicar Espejo de la memoria, el primer volumen de la recopilación Obra en marcha, que contiene mis seis primeros libros. Para el próximo año está previsto el segundo volumen.
Autobiografías. La casa de Julieta Dobles es pequeña y bibliotecaria. La mañana está a media mañana, y cerca, sobre dos paralelas que nunca se juntan, un tren pasa rodado el sismo de las 10 ante meridiem.
Sobre una mesa se abre un ejemplar de Poesía contemporánea de Costa Rica , antología publicada en 1973 por Carlos Rafael Duverrán. Para este florilegio, cada poeta aportó una reflexión sobre su propia obra, y Julieta Dobles mencionó entonces los temas que abarcaban sus dominios: la vida, la muerte, el amor, la eternidad y la fraternidad humana. ¿Se han ampliado?
–Sí. He escrito después sobre la naturaleza, como lo hice en mi libro Costa Rica poema a poema. En el próximo me refiero a mi primer asombro, que sentí a los cuatro años, cuando descubrí el verano en una enredadera de mi abuela.
El campo y la poetisa se descubrieron mutuamente en San Ramón: “En ti, mi niñez prisionera / de calles y de parques / descubrió el campo, / como decir la anchura de la tierra” (“Reiventando prados”).
–Algunos poemarios son autobiografías.
–Sí. Cuando terminé mi libro Casas de la memoria, me dije: “Es mi autobiografía”. He vivido en muchas casas, y todas me marcaron.
Julieta Dobles desarrolla la idea de la poesía como una autobiografía sutil en El poema como búsqueda interior, su discurso de ingreso en la Academia Costarricense de la Lengua: “Un lector agudo podría descubrir, en la obra poética de una vida, leída cronológicamente, un universo personal irrepetible”.
Dobles adelanta que una sección del futuro libro Trampas al tiempo se llama “Militancias urgentes”, compuesta de poemas sociales inéditos. “No es una creación tan lírica; no contiene muchas metáforas, sino que intenta comunicar ideas. Algunos poemas se refieren a Juanito Mora; otro se llama ‘Llantos de niños’, atormentados por la pobreza. No faltan algunos que pretendo que sean de humor, como un poema titulado ‘Primer amante’”.
–¿Quién fue?
–Agustín Lara, pero nunca lo conocí. De adolescente, yo tenía unas ojeras terribles, y él me reivindicó: “En tus ojeras / se ven las palmeras / borrachas de sol” [ Palmeras ].
–Dicen que es “con rachas de sol”, pero la ortodoxia no está segura.
–“Con rachas de sol” es más poético. Tengo ojeras de familia por mis ancestros judíos sefardíes y árabes. Los judíos primero se apellidaron “De la Cruz y Diez Dobles” y terminaron en “Dobles” porque un antepasado tuvo once hijos y le decían que no podía llamarse “Diez”.
Madre y maestra. Durante varios años, Dobles fue profesora de biología en colegios, y le encantaba serlo. ¿Cómo se explica la vocación por la biología en una escritora?
–Siempre me han gustado las ciencias naturales, y, de niña, yo quería ser médica. Estudié los cursos de premédicas, y luego tres años de odontología, pero la dejé. Me gradué de profesora de biología y lo fui durante catorce años. Entonces descubrí mi vocación por la enseñanza. Yo ya había publicado algunos libros de poesía, y después estudié filología y lingüística.
Julieta y su esposo de entonces, el poeta Laureano Albán, viajaron a Nueva York, y ella logró allá una maestría; con este título, Julieta comenzó a dictar cursos de literatura en la Universidad de Costa Rica.
–¿Existe literatura femenina?
–Yo no hago diferencias de calidad entre obras escritas por mujeres o por hombres. Sí existen ciertos temas más frecuentes en las mujeres, como una forma de mencionar la marginación que sufrieron y sufren.
”A mi madre le debo mi amor por la poesía. Ella declamaba de un modo precioso y me leía poemas de José Martí, Rubén Darío, Alfonsina Storni, Juana Ibarbourou, Delmira Agustini, Gabriela Mistral..., aunque yo apenas tenía cinco años. Mi madre escribía poemas, pero nunca los publicó”.
Julieta rememora que, siendo ella adulta, preguntó a su madre por qué no había editado sus versos, que eran amorosos: “Me respondió que, en su juventud, una poeta era vista como una mujer promiscua porque andaba con artistas. Ahora pienso que ella tomó su revancha porque me hizo poeta. Vivió hasta los 89 años, de modo que vio mi obra”.
Julieta Dobles participa del Grupo Literario Poiesis (“poesía” en griego), organizado por Ronald Bonilla. “Llegan jóvenes talentosos, y todos sometemos nuestros poemas a la crítica. Muchas veces cambiamos lo escrito a la luz de los comentarios”, explica.
–¿Cómo surge un poema?
–A veces, con una frase que se me aparece sin saber cómo, y debo apuntarla pronto para no olvidarla, aunque sea en una factura.
–¿Le toma mucho tiempo terminar un libro?
–Sí. Por ejemplo, Costa Rica poema a poema me tomó seis años porque yo descartaba y reescribía mucho. Un poema no es un chascarrillo, una humorada, aunque hay poesía humorística bien hecha.
Dicen que la escritora también prepara el libro Cuentos para sentirse bien. ¿Es cierto?
–Sí, aunque quizá cambie el título. Más que cuentos de final sorpresivo, son relatos de anécdotas que me han ocurrido: algunos son positivos, pero otros son dramáticos.
”No me gustan algunos de los cuentos y las novelas que se publican ahora: sus tragedias dejan tan deprimido al lector, que no hay quien lo alce. La humanidad aparece como una cosa horrible, pero no debemos condenar a los lectores al nihilismo más sombrío”.
Julieta cumplirá 71 años en marzo próximo, y no piensa en la muerte, sino en la vida. “Julieta Dobles Izaguirre es la vocación fervorosa de vivir, como en la extraordinaria mexicana Rosario Castellanos”, escribió el crítico chileno Alberto Baeza Flores en un libro de 1978: Evolución de la poesía costarricense (1574-1977). La ancianidad es la nueva oportunidad de vivir, y la poetisa intenta que otros también la aprovechen:
–Tengo casi listo otro libro, Envejecer cantando . Trato de dar consejos sobre cómo llegar sanos y creativos a la vejez: lo principal es la salud física y la mental. Creo en lo que dijo Simone de Beauvoir: “Si quieres saber cómo será tu vejez, mira tu vida”. El libro está dirigido a la gente de entre treinta y cuarenta años porque no sabe que está preparando su vejez. El título sale de mis recuerdos de mi madre, quien era una anciana vital: una anciana... y cantaba.
–¿Qué piensa de la poesía que se publica en Costa Rica?
–Hay jóvenes que tienen talento, pero les falta disciplina creadora. Publican cosas pequeñitas, que parecen ocurrencias. Ser poeta no es ser bohemio, y menos consumir drogas para buscar la inspiración.
”Laureano y Jorge Debravo fundaron el Círculo de Poesía en 1960, y ambos eran sanos y disciplinados. Entonces llegaba todo tipo de jóvenes: revolucionarios, hippies, talentosos, caóticos, drogadictos... Muchos de ellos se distanciaron y produjeron poco, en parte porque siguieron en la bohemia y las drogas, que terminan lavando la voluntad. La disciplina creadora es muy exigente.
–¿Y la inspiración?
–Jorge Debravo decía que la inspiración es un perro obediente que llega cuando lo llamamos. Algunos escritores indisciplinados han producido obras valiosas, pero habrían creado más si hubieran vivido de otra forma.
–¿Sirven los talleres literarios?
–Sí cuando están bien dirigidos. El contenido lo trae cada persona, pero los talleres ayudan a dominar las formas. La forma es el lenguaje literario: comprensible y original. Se conocen mejor las formas cuando se comparten los conocimientos y las lecturas.
“La poesía trascendentalista tiende a tratar más los temas del ‘espacio interior’ del que hablaba Rilke, a hablar de todo aquello que es esencial”, expresó Julieta Dobles a Áncora cuando en el 2007 se cumplieron 30 años del Manifiesto trascendentalista: un documento que formuló una poética que ella ha seguido, adaptándola a los cambios de los sucesivos presentes.
Julieta Dobles ha logrado los mayores premios costarricenses de poesía, y uno esencial: la perenne lectura de los otros. Esta compañía se debe a la verdad que ella escribió en 1972: “La poesía debe despertar a los dormidos e inquietar a los tibios; mostrar así los mundos de la belleza, del amor, de la justicia”.
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Asombro y armonía
Me alegra que se premie toda una vida dedicada a la poesía; que se premie a una persona sincera, honesta, sencilla y crítica, con una obra literaria que exalta los valores de la solidaridad y el amor.
De mi lectura de la poesía de Julieta Dobles destaco la posición de la hablante lírica ante el mundo, una actitud de contemplación, asombro y armonía. También resalto la manera en que construye, en sus poemas, una identidad femenina que se sostiene en la glorificación del cuerpo y en un erotismo profundo pero siempre delicado.
Pienso también que, al poetizar los aspectos cotidianos y elementales de la existencia, Julieta Dobles los vuelve visibles y les concede un espacio importante en el imaginario, lo que constituye un gesto innovador.
Flora Ovares, catedrática de literatura y coautora, con Margarita Rojas, del libro ‘100 años de literatura costarricense’.
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Escritora celebrada. Julieta Dobles Izaguirre obtuvo el Profesorado en Ciencias Biológicas de la Universidad de Costa Rica en 1965. Cursó Estudios de Filología y Lingüística en la UCR de 1969 a 1971, y se tituló en la Maestría en Filología Hispánica, con especialidad en Literatura Hispanoamericana, en la Universidad del Estado de Nueva York (Campus de Stony Brook) en 1986. Ha sido coordinadora del Taller Literario del Círculo de Poetas Costarricenses (1967-1978), profesora de Ciencias y Biología en el Sistema de Secundaria (1964-1978), instructora de Lengua Española en la Universidad del Estado de Nueva York (1984-1986), profesora de Español y Literatura Española en la Universidad de South Hampton (1985), profesora de Literatura, Comunicación y Lenguaje en la Escuela de Estudios Generales de la UCR (1990-1998). Ha sido profesora de Literatura y Creación Literaria en la Escuela de Estudios Generales de la UCR. Ha organizado festivales internacionales de poesía en Costa Rica. Formó parte del Movimiento Trascendentalista y del Círculo de Poetas Costarricenses. Participa de los talleres literarios del Grupo Literario Poeisis. Es coautora del Manifiesto trascendentalista.
Dobles ha obtenido el Premio Nacional Aquileo J. Echeverría en Poesía por sus libros El peso vivo (1968), Los pasos terrestres (1977), Amar en Jerusalén (1992), Costa Rica poema a poema (1997) y Poemas para arrepentidos (2003).
También ha recibido el Premio Editorial Costa Rica por Los pasos terrestres (1976), el Primer Accésit del Premio Adonais por Hora de lejanías (Madrid, 1981) y el Premio Nacional de Cultura Magón (2013). Desde el año 2005 es miembro de la Academia Costarricense de la Lengua.