En 1948, violentas barreras separaron al pueblo sudafricano con fuerza de ley: el apartheid resolvió separar a blancos, negros y otras razas definitivamente.
El Partido Nacional que se aferró al poder desde entonces transformó así la historia de Sudáfrica con una movida que apartaría a la poderosa minoría blanca de la inmensa mayoría de la población. Enfurecidos, artistas blancos y negros atacaron el régimen sin cesar hasta 1990, y hoy señalan las nefastas consecuencias que dejó.
Justo en 1948 se publicó una de las novelas más populares de Sudáfrica: Cry, the Beloved Country ( Llanto por la tierra amada ) , de Alan Paton. Con un complejo estilo lírico, evoca las profundas confrontaciones entre blancos y negros y profetiza la violencia que abarcaría al país en las siguientes décadas.
En los primeros años del apartheid , un grupo de autores se concentró en la revista Drum , protestando ampliamente contra el racismo e innovando con influencia del jazz . Influyeron en posteriores escritores de la zona marginal de Soweto, como Sipho Sepamla y Mongane (Wally) Serote.
Consagrados. Dos de los autores más reconocidos del país son blancos, y ambos ganaron el Nobel de Literatura: Nadine Gordimer y J. M. Coetzee.
Nacida en 1923, Gordimer se pronunció abiertamente contra discriminación, y novelas suyas como Burger’s Daughter (1979) y A Sport of Nature (1987) fueron prohibidas y persguidas por la policía del apartheid . Siempre rebelde, continuó escribiendo y denunciando el virulento racismo y su legado.
Coetzee, por su parte, fue de los más prominentes críticos del sistema, y novelas como Desgracia (1999) narran el desencuentro con fiera crítica. La recién fallecida Doris Lessing vivió en Sudáfrica y narró la lucha racista en novelas como Canta la hierba (1952) y El cuaderno dorado (1962).
Precisamente por el apartheid , pocos autores negros tuvieron difusión internacional. Destacan Zakes Mda y K Sello Duiker.