El corazón del poeta argentino Juan Gelman se detuvo el martes, dejando así un gran vacío en ese género literario.
El ganador del Premio Cervantes 2007 falleció, a sus 83 años, en México, por causas que aún no han sido reveladas, según informó el diario Milenio , en donde él escribía una columna semanal.
Su vida. Hijo de emigrantes judíos ucranios, este poeta, traductor y periodista nació en Buenos Aires, en 1930, y tuvo una destacada carrera periodística y un férreo activismo de izquierda.
En 1956, publica su primera obra, titulada Violín y otras cuestiones , por la cual recibió muy pronto el elogio de la crítica. Sus siguientes libros fueron El juego en que andamos (1959), Velorio del solo (1961), Los poemas de Sidney West (1969), Fábulas (1971), entre otras.
En los años 60 formó parte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y, posteriormente, de la organización guerrillera de los Montoneros.
Gelman, amenazado por la Triple A argentina, se vio obligado a exiliarse en 1975 y a cambiar su trabajo de periodista, su ciudad y sus amigos por nuevas ubicaciones: Italia, Francia y México.
Poco después de exiliarse, el 24 de agosto de 1976, su hijo Marcelo, de 20 años, y su nuera, la española Claudia García, fueron secuestrados por militares argentinos cuando ella estaba embarazada de siete meses.
Su hijo fue torturado y, 13 años después, sus restos hallados en un tambor de cemento y arena junto a los de siete compañeros.
Su nuera fue trasladada clandestinamente a Montevideo (Uruguay), donde desapareció en 1977 tras dar a luz a una niña en el Hospital Militar. Según una investigación de la Comisión para la Paz, creada por el presidente uruguayo Jorge Batlle (2000-2005), Claudia fue asesinada después del parto.
La nieta de Juan Gelman, Macarena, fue criada por la familia de un policía uruguayo que le ocultó su verdadera identidad, pero en el 2000 el poeta dio con ella y desde entonces ambos luchan por el esclarecimiento de la verdad.
Esta tragedia movió a Gelman a desarrollar desde el exilio una labor internacional de denuncia de las violaciones a los derechos humanos cometidas por la dictadura argentina.
La última etapa de su poética refleja el dolor por sus amigos desaparecidos, la tierra lejana y el desarraigo del exilio, como Anunciaciones (1988) y La abierta oscuridad (1993). En 1997 publicó la antología personal Debí decir te amo .
En el 2007 recibió el Premio Cervantes, el más importante de las letras españolas, por “el compromiso con la realidad” que emana de su obra y por haber sabido integrar en su pensamiento poético “su terrible historia personal”.
En Costa Rica. Juan Gelman visitó Costa Rica por última vez en el 2007, cuando fue invitado de honor del VII Festival Internacional de Poesía.
Según el autor Carlos Cortés, la influencia de Gelman llegó al país por vía del periodista Jorge Boccanera y de Osvaldo Sauma, residente en Costa Rica por muchos años. “Era un hombre de un enorme carisma; al mismo tiempo, de un inmenso dolor”, declaró Cortés, quien lo conoció por Boccanera.
“No dejaba de publicar. No se trataba de un libro más, siempre era un libro diferente”, dijo Boccanera. “Significa aquello que nos legaron los innovadores de 1920: los vanguardistas como Vallejo, Oliverio Girondo, que nos legaron la libertad creativa… un sentido de la libertad para crear. Eso se veía en la obra.”, considera Boccanera. “Gelman retoma eso y se mueve en un doble vía: la búsqueda formal y el cuestionamiento”, agrega.
Próximo también a México, Gelman prodigó versos y amistades en donde estuviera en Latinoamérica. “ En México había una laica y pagana adoración por él como poeta, como persona, como padre y abuelo”, opinó Cortés.
“Era muy sorprendente el aura que él proyectaba y que excedía lo literario”, añade Cortés.
El poeta Rodolfo Dada fue quien editó su antología a propósito de su visita a Costa Rica, y lo hospedó en su hotel limonense. “Un gran latinoamericanista; un gran hombre, no solo un gran escritor”, describió. Para Dada, la gran experimentación de Gelman fue lo que subrayó su enorme posición como autor.
El crítico y ensayista Víctor Flury lo conocí en Costa Rica cuando visitó el país en el 2007. “Transmitía una gran paz a su alrededor, una gran cordialidad, sin exagerar. De ninguna manera se presentó con un perfil como el que realmente tenía”, opinó Flury.
“Él, del compromiso poético pasó a la acción política”, opina Flury. Como describe el crítico de cine, la poesía de Gelman empezó con un lenguaje sencillo y cotidiano, próximo a la prosa; con el tiempo, se fue haciendo cada vez más complejo: un auténtico y reconocible “lenguaje Gelman”. “Siempre sus personajes han sido trabajadores, gente corriente, con las emociones más grandes”, opinó Flury.
La poeta Julieta Dobles opina de sus versos: “Es una poesía angustiosa, cercana a la prosa, muy escéptica y amarga”.
En su Epitafio , Gelman escribió “(Aquí yace un pájaro./ Una flor./Un violín)”, orgulloso de la música que por años había echado alas en toda América Latina.