En el cuadro se observa un territorio insular que sugiere la silueta del cuerpo de una mujer. El bosque que cubre la superficie arde y en el cielo se distingue el texto: “La isla misteriosa, la que soñamos todos, parece que te invita a entrar a su interior”.
La descripción anterior se refiere a una de las ocho obras que componen el más reciente proyecto del artista cubano José Bedia, que se exhibe en la Galería Klaus Steinmetz . El título de la muestra es La isla misteriosa , y, con ella, el pintor nos invita a un territorio donde imperan lo simbólico, el misticismo y la ambivalencia.
Bedia es uno de los más renombrados artistas cubanos surgidos en la década de 1980 . Algunos –como él– rechazaron el arte comprometido con la ideología comunista y salieron de su país.
Las obras que conforman la muestra se crearon para esta exhibición. Es la segunda oportunidad en que el pintor embellece las paredes de esta galería. La primera exposición se realizó en el 2002.
José Bedia comenzó su formación en la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro y posteriormente en el Instituto Superior de Arte de La Habana. José obtuvo reconocimiento internacional al ganar las dos primeras bienales de La Habana.
Con 26 años, Bedia fue reclutado por el ejército cubano para intervenir militarmente en defensa del gobierno de Angola (África) contra un ejército aliado del régimen del Apartheid sudafricano. El viaje a África le permitió acercarse a las raíces de su religión, el Palo Monte, fundada por esclavos africanos llevados a Cuba y a lo que es hoy la República Dominicana.
Convergencia de culturas. Las religiones afrocaribeñas son fundamentales en las obras del pintor. En sus cuadros se encuentran influencias de la cultura yoruba, la santería y el chamanismo, entre otras creencias.
El animismo es recurrente en las obras del artista, quien dota de rasgos humanos a las montañas, los bosques y los animales. “La utilización del animismo en mis pinturas surge de las investigaciones que realizo sobre el chamanismo y las prácticas rituales en África. Para estas culturas, la naturaleza tiene alma”, afirma José Bedia, quien reside en Miami.
José viaja constantemente para conocer diferentes etnias alrededor del mundo. Además, es un ávido coleccionista de objetos de aquellas culturas.
Más allá de sus creencias, la representación de ritos y simbolismos afrocaribeños tiene una intención antropológica. “Con mis obras intento mostrar al mundo prácticas de algunas culturas que son olvidadas, pero que continúan vivas en Latinoamérica, África y Asia. Me parece importante recuperar estas creencias ya que son parte de nuestra idiosincrasia”, añade el artista.
“Las pinturas del maestro Bedia son de gran trascendencia cultural porque representan la máxima expresión del sincretismo y la visión del mundo del Caribe”, expresa Klaus Steinmetz, curador de la exposición.
Místicos territorios. Bedia afirma que La isla misteriosa plasma diferentes inquietudes y conceptos. La mujer y el erotismo son temas que predominan en la muestra.
La tatagua representa a una mariposa con rasgos femeninos. La pintura se inspira en una leyenda cubana del siglo XIX, según la cual una coqueta y bella mestiza decide descuidar a sus hijos para buscar diversión. Mabuya, el dios del mal, aprovecha la circunstancia para transformar a los niños de la mujer en arbustos venenosos. Al encontrarlos en tal estado, la madre se convierte en una “tatagua” o una mariposa de la noche.
José se inspiró en canciones para ejecutar algunas obras. Un ejemplo de esto es la pintura La isla misteriosa . El cuadro retoma el erotismo y la mujer y los combina con la idea de un paraíso.
“Para realizar esta obra me basé en la canción de tango que se titula ‘ Youkali ’. La letra de la canción tiene como idea central el sueño de ir a un lugar de paz y belleza, pero al cual nunca se podrá llegar”, comenta el pintor.
Otro cuadro que surge de la música es A partirme la camisa . “Para desarrollar la pieza me inspiré en la música flamenca. ‘A partirme la camisa’ es una frase de la canción ‘ Soy gitano ’, de Camarón de la Isla. En la pintura quiero expresar la voluntad de dar el máximo esfuerzo para alcanzar un determinado objetivo”, explica Bedia.
La naturaleza y los paisajes fueron otros motivos que el artista quiso plasmar. En Nocturno del Darién se presenta un bosque con características humanas: los árboles parecen formar un rostro de perfil y unas manos que cubren a los animales en una noche tormentosa. Darién es un denso bosque ubicado en la frontera entre Panamá y Colombia. Allí habitan dos grupos indígenas: los emberá y los wounaans.
Al igual que La isla misteriosa , Nocturno del Darién representa a los espacios y la naturaleza como seres vivos y con alma.
Se dice que la cosmovisión de los grupos indígenas panameños no distingue entre el mundo físico y el espiritual. Creen que los animales, las plantas y los fenómenos naturales tienen espíritu.
Trazos naturales. Bedia se caracteriza por pintar con acrílico sobre tela. El artista inicia el proceso con un pequeño boceto en una hoja de papel. “Utilizo las manos para pintar. Casi siempre aplico este método. Luego empleo pinceles para crear los detalles de cada pintura”, afirma el artista.
La mayor parte de las obras que reúne la muestra son de gran formato; solo hay dos pinturas de tamaño mediano. Varios de los cuadros se caracterizan por su larga extensión horizontal.
Para José, la exposición sigue la misma línea de sus proyectos anteriores. “Estas pinturas son una elaboración de ideas que he trabajado en obras de muestras pasadas. Intenté hacer cosas nuevas; por ejemplo, en algunos de los cuadros hay una aproximación al realismo inspirada en mi interpretación de los orientalistas franceses”, asegura.
José Bedia invita al espectador a entrar en territorios míticos y eróticos. Los paisajes simbólicos representan la unión de los humanos, la naturaleza y los animales en el mundo espiritual.
Visite la isla misteriosa. La exhibición La isla misteriosa estará abierta al público hasta el viernes 9 de agosto. La Galería Klaus Steinmetz se ubica en el costado este de Plaza Rolex, en San Rafael de Escazú. El horario de lunes a viernes es de 8:30 a. m. a 5:30 p. m. La galería permanece cerrada durante los fines de semana.