Ser la hija de un noble y al mismo tiempo un asesino en serie de la Edad Media, no debió de ser sencillo para Marie de Laval, personaje que se cuestiona cómo se vive con un padre héroe de Francia y, al mismo tiempo, un villano.
Esa y otras interrogantes son planteadas en la obra de teatro
El texto está inspirado en hechos reales, a partir de la historia de Gilles de Rais, a quien se le conoció como
Para presentar su texto, Soto pensó y lo escribió como monólogo; sin embargo, la directora Bonilla vio en este a tres personajes femeninos y así lo propone al espectador.
El primero de los personajes es una bailarina de flamenco (Milena Picado Rossi), en tiempos contemporáneos. En su soledad, esta bailaora encuentra con un texto biográfico de Gilles de Rais, a quien se le llama mariscal de los ejércitos, y quien fue protagonista de la toma de Orleans y la lucha contra los ingleses.
Su curiosidad juvenil la lleva a descubrir no solo las glorias del mariscal, sino también lo atroz que llegó a ser, en especial con los niños.
El fisgoneo intelectual de la artista, la lleva a descubrir a Marie de Laval (Natalia Regidor), hija del asesino y héroe. La vida de Marie de Laval cautiva por completo a la bailaora, en parte porque se identifica con ella.
En esa sed de búsqueda de información, se va contando la historia de la hija de
Surge un tercer personaje, un ser onírico (Selma Solórzano), quien de una forma fantástica, crea un vínculo entre las dos mujeres.
“Todo padre es héroe y asesino, porque a nuestros ojos (de mujer) son algo inalcanzable (como héroes) y asesinos porque matan algo en su hija”, aseguró la directora.
La puesta es estilo fiel de Bonilla, con el uso de proyección de imágenes de Ana Muñoz, que responde a ilustraciones de la Edad Media. Además, emplea dos elementos en escena: un espejo y una tina, los que simbolizan el encuentro con el yo de la bailarina y el regreso al vientre materno de Marie.