El poeta costarricense Felipe Granados (1976-2009) recibió homenaje anoche en la sala José Joaquín Monge, instalada en la Antigua Aduana como parte de la décimo sexta edición del Festival Internacional del Libro.
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Al encuentro de media hora asistió un público que no cupo en las sillas de la estrecha sala: la mayoría familiares, amigos y colegas que lo conocieron en vida, y hasta llegaron a figurar en los versos de su obra.
Granados, quien falleció en el 2009 a los 33 años, publicó en vida un único poemario Soundtrack, publicado en el 2005 por la editorial Perro Azul .
Esta editorial tica estuvo inactiva durante cuatro años, pero regresó durante esta Feria del Libro, precisamente para publicar los últimos poemas que escribió Granados antes de morir: El libro de los malos tiempos.
La publicación reúne dos libros que Granados dejó en manos de su editor Carlos Aguilar: Pop y Los 99 nombres de Dios .
El homenaje fue dirigido por su amigo, el poeta Alfredo Trejos. A su lado, se sentó el poeta hondureño Dennis Ávila, asistente editorial del libro póstumo, y colega suyo en actividades como el Festival de Poesía de Costa Rica.
Trejos hizo un recuento de los temas que exploró Granados por medio de su poesía: la familia, las mujeres, el amor, el dolor y su profundo aprecio por la música. Posteriormente, Trejos leyó varios de poemas del nuevo libro.
El poeta explicó que la amistad que compartió con Granados nació en 1997, cuando los dos buscaban alternativas para compartir talleres literarios en Cartago con otros jóvenes poetas.
Granados fue un lector empedernido. Se dio a conocer en actividades literarias por su buen humor y también por su desdén por los protocolos rígidos.
“Él leía muchísimo más que yo. Tenía una habilidad casi que misteriosa para poder comprender el fenómeno literario, cualquiera que sea: poesía o narrativa”, recordó. “Si se hubiera dedicado a la academia, hubiera sido diez veces más interesante o, quizás, se hubiera echado a perder”.
Trejos recordó también a los autores cáusticos, el estadounidense Charles Bukowski y el peruano José Watanabe, que tanto le envenenaron la vida, para bien y para mal, a Granados.
Además de escribir su poemario Soundtrack , Granados laboró como escritor para las revistas Áncora y Soho .
Según detalló Dennis Ávila, Granados dejó más material inédito, el cual considerarían publicar bajo el mismo sello.
La obra póstuma se venderá con un precio de ¢5.000 hasta el cierre de la Feria del Libro, el domingo 27 de setiembre , en el puesto que comparte editorial Perro Azul con Casa de Poesía.
El espacio de ambas editoriales está ubicado en el primer piso de la Casa del Cuño, en la Antigua Aduana.