26/09/2012 En San Jos en el museo Caldern Guardia el artista Luis Chacon esta presentado sus obras Imgenes del Cielo y la Tierra y el inconsciente /Alonso Tenorio (Alonso Tenorio)
Una cascada envolvente, una montaña “rosa”, la catedral de Notre Dame en París, los campos de santalucías de Tierra Blanca de Cartago y la figura de Buda que emerge de un lienzo floreado.
¿Qué clase de arroz con mango visual es ese? Son “imágenes del cielo, la tierra y el inconsciente”, las cuales pasaron de ser ideas que revoloteaban en la cabeza de Luis Chacón a convertirse en obras de arte, y que actualmente se exhiben en el Museo Calderón Guardia –en el barrio Escalante– para repasar 45 años de trayectoria de este artista costarricense.
Color, color, color y, además, color es el sello personal de un artista que no les teme a las técnicas, a los formatos ni a los materiales.
Para Chacón, estos 45 años de creación –desde 1967 hasta el 2012– han sido como un laboratorio de experimentación por el que han desfilado óleo, acrílico, textiles, cerámica, collage , fotografía, impresión digital y técnica mixta.
“El maestro es aquel que ha echado tanto a perder que ya aprendió. Por eso, a veces no es tan caché ser maestro”, dice con un sarcasmo también muy característico.
Chacón era un muchacho de 14 años que disfrutaba de ir a los museos con su mamá, y le emocionaban las clases de artes plásticas.
Un testimonio de aquella época es El pensador, un relieve policromado en madera. El joven que llegó a la Universidad de Costa Rica a estudiar Economía, le hizo caso al resultado de la prueba de aptitud que lo ubicó en alguna carrera relacionada con la creatividad.
A finales de la década de los 70, Chacón se trasladó a París para cursar sus estudios de doctorado en la Universidad de La Sorbona y la Ciudad Luz le iluminó el panorama artístico. “En París uno aprende más viendo vitrinas que en la universidad. Esa ciudad definitivamente influyó mucho en mi obra”, recordó el artista.
A su regreso a Costa Rica se dio cuenta de cómo extrañaba el verdor de esta tierra, pero se dio cuenta de que nuestros países eran ricos en colores más allá del verde. Los colores que todavía hoy lo acompañan. Otro episodio fundamental en este viaje creativo fue Oriente: Japón, China, Corea, Egipto, Israel... Su fascinación se centra en la cultura japonesa. “Admiro su refinamiento, y las delicadeza y perfección de su manufactura”. La muestra se inaugura hoy a las 7 p. m.