Durante muchos años, la mirada de Adela Marín se dedicó a hurgar en las posibilidades del cuerpo con reveladores acercamientos. Ahora, la fotógrafa desentraña los misterios y rincones de uno de los íconos urbanos más retratados de Costa Rica: el Teatro Nacional.
Durante dos meses en el 2016, la artista de 47 años se dedicó a fotografiar exhaustivamente la joya arquitectónica, que cumplirá 120 años el 19 de octubre. Como parte de un ambicioso proyecto que realiza el Teatro Nacional para su aniversario, ella pudo registrar espacios y vistas diferentes del emblemático edificio, cuya construcción comenzó en 1891.
En andamios, sostenida por arneses, sin flash , con largos periodos de exposición y muchas dificultades técnicas, Marín se acercó a toda esa riqueza visual e hizo más de 4.000 imágenes.
Desde el 14 de marzo, una pequeña selección de este trabajo se exhibe en la Galería de la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Costa Rica.
Son 28 fotografías. En ellas vemos de cerca los ángeles del friso del frontón, el fino matasellos, los llavines, las cerraduras y las bellísimas decoraciones de diferentes espacios en el interior. Además, están las vistas inusuales: la luneta desde la lámpara del salón principal y el propio inmueble en una captura hecha en el Instituto Costarricense de Electricidad.
La muestra fue curada por Sussy Vargas. Es la primera visualización de las imágenes; sin embargo, el conjunto es diferente al que se incluirá en otra ambiciosa propuesta: una gran publicación, con el respaldo de más de dos años de trabajo y un equipo de siete profesionales, en el marco de los 120 años.
Cada pieza en esta exposición está acompañada no solo por la tradicional ficha detallada, sino también por imágenes que evidencian cómo se hizo tal registro. “Quisimos ofrecer un acercamiento pedagógico y se muestran las diferentes labores de un fotógrafo, como la de planificador”, detalló Marín, conocida docente y artista que ha desarrollado su trabajo alrededor de la fotografía, el dibujo, la instalación y el videoarte.
Temor, respeto y legado
Esta es una mirada privilegiada. Tras ser elegida en un concurso con 12 fotógrafos participantes, Adela llevó su cámara por todos los espacios posibles de la edificación: desde el techo hasta el mecanismo para levantar el piso de la luneta. Recorrió los lugares más conocidos por el público, así como aquellos reservados para personal especializado, como la tramoya, el cielorraso del salón principal... Incluso, se quedó sola con el teatro en silencio.
“Como visitante, uno solo puede entrar a ciertos sectores, y el Teatro Nacional tiene tanta información visual que, usualmente, uno ve sola la generalidad y no los detalles. Cuando comencé a fotografiarlos, me detuve y me dije: ‘Dios mío, cómo voy a dar abasto. En cada esquina hay un detalle o pintura”, contó Marín en un recorrido por la exhibición.
Además, la sobrecogió enfrentarse a un gran monumento. “De alguna forma me estoy conectando con nuestros antepasados, con una serie de personas que imaginaron a Costa Rica de cierta forma en el siglo XIX y yo abordo con gran respeto ese legado”, agregó .
Con el apoyo de historiadora Lucía Arce Ovares y la asistencia de Mariana Peralta, la fotógrafa siguió un guion para abarcar la mayoría de lugares y hacer las fotografías sin interrupciones.
El reto la obligó a utilizar una gran cantidad de lentes, a exposiciones prolongadas con la cámara sobre el trípode, a buscar los mejores ángulos en espacios incómodos...
“Fue algo enorme; yo he trabajado, en especial, el cuerpo. Vivir en México me sensibilizó y me llevó a fotografiar el entorno; eso ayudó... Siento que es un trabajo importante para el país (por la documentación que deja de la edificación) y para mi carrera profesional”, explicó.
Por ejemplo, la muestra permite dignificar –y, por qué no, rendir homenaje– el trabajo de tantos costarricenses para levantar el Teatro y de tantos artesanos y creadores connotados para construir lo que vemos.
Impresiones
Ángeles, diablitos, seres marinos, logos y otros habitan el Teatro Nacional. Son detalles que no pocas veces pasamos inadvertidos al visitar el edificio por primera vez o entrar a una función en la sala principal o en el foyer .
“Comparado con otros, quizá no sea un teatro tan grande, pero lo cierto es que es inmenso en detalles y trabajos muy finos. Es impresionante que Costa Rica haya logrado una obra de este tipo”, agrega.
Esta pequeña muestra, sin duda, es un aperitivo para no perder de vista esta joya arquitectónica durante un 2017 de sorpresas y de celebración.
De la UCR a San Ramón
La exposición Imágenes de un espacio centenario, un proceso de configuración , con fotografías del Teatro Nacional, se exhibirá hasta el 23 de marzo en la Galería de la Escuela de Artes Plásticas, en el campus Rodrigo Facio de la Universidad de Costa Rica en San Pedro de Montes Oca. Se puede visitar de 7 a. m. a 8:30 p. m. Posteriormente, una selección se mostrará en el Centro Cultural Figueres Ferrer en San Ramón.