Londres (AFP). El premio Turner recompensó por primera vez una instalación sonora, la de la escocesa Susan Philipsz, que competía por el prestigioso galardón del arte contemporáneo con otros tres finalistas, entre ellos la española radicada en Londres, Ángela de la Cruz.
El anuncio del premio se realizó ayer en una ceremonia en el Museo Tate Britain en la capital inglesa. Philipsz, de 45 años, obtuvo una dotación de $39.000 dólares por su obra Lowlands (Tierras bajas), que retoma una canción popular escocesa del siglo XVI.
La artista, nacida en Glasgow y afincada en Berlín desde hace nueve años, grabó tres versiones de esta canción que cuenta la historia de un hombre que muere ahogado en el mar y vuelve para despedirse de su amada, e inicialmente las hizo sonar simultáneamente bajo los tres puentes que atraviesan el río Clyde de su ciudad natal, antes de que estas llenaran las galerías de la Tate.
La comisaria de la exposición, Katherine Stout, describió la obra de Philiszp como “muy física, pues juega con el vacío de la galería”.
Los otros finalistas eran el pintor británico Dexter Dalwood, el dúo The Otolith Group, formado por Anjalika Sagar y Kodwo Eshun y la española Ángela de la Cruz.
De la Cruz era la primera primera española candidata a este famoso, pero también polémico premio británico establecido en 1984 el cual recompensa anualmente a un artista menor de 50 años que haya nacido o que trabaje y resida en el Reino Unido y cuya obra se haya expuesto en los 12 últimos meses.
La artista gallega, cuyo trabajo se sitúa entre la pintura, la escultura y la instalación, fue seleccionada por Ángela de la Cruz: after , su primera exposición individual en una galería pública del Reino Unido.
De la Cruz rompe, rasga y dobla sus cuadros sobre ellos mismos y los expone apretujados en esquinas, armarios o incluso en el suelo. “Un día, saqué la barra horizontal del bastidor y la pintura se dobló. Desde ese momento miré la pintura como un objeto”, ha dicho la artista instalada desde 1989 en la capital británica. La Tate Britain expone hasta el próximo 3 de enero la obra de la ganadora y de los tres finalistas del Turner, un premio que tiene la tiene como objetivo “promover un debate público sobre los nuevos acontecimientos en el arte contemporáneo británico”.