“Un artista es como un niño que juega con un material, experimenta y se divierte con eso”. Para Carlos Alberto Borbón Sartoresi, el cuero ha sido su “juguete” desde hace 35 años y ha traveseado con él tanto, que desarrolló su propia técnica para crear obras de arte.
Conocido como Carbón, este artista dedica hasta 115 horas a confeccionar una sola pieza con la técnica denominada “piroescultura sobre cuero”, de la cual se considera su orgulloso padre.
Una exposición suya que reúne 23 obras recientes se exhibe en la Galería Matices, del Costa Rica Country Club, en Escazú..
Lechuzas de ojos amenazantes, flores, imágenes abstractas de inspiración precolombina y personajes estrafalarios, que él llama “los iluminados”, son los protagonistas de sus cuadros.
Al contemplarlos de cerca, la vista puede confundirse y creer que se trata de pinturas, pero las obras de Carbón tienen como materia prima la piel de la vaca trabajada manualmente.
“Mi lienzo es una lámina de cuero curtido. En vez de tubitos de pintura o pinceles, utilizo el ‘quemado’ y las texturas para lograr las variaciones que coloren cada obra”, explicó el artista, de 76 años.
Así, luego de “escarbar, perforar, rayar, rasgar, levantar, cortar y pulir” la lámina de cuero, el artista logra imágenes que parecen brotar del lienzo y que son ricas en líneas, movimiento, texturas y volúmenes. “Yo no estudié nada de arte ni de diseño; simplemente, llevo años de jugar con el material dentro de un proceso creativo muy personal y honesto”, aclaró el artista.
En este camino desde la lámina de cuero hasta la obra terminada, lo acompañan algunos instrumentos como un pirógrafo –para lograr el quemado–, brocas, gubias, clavos, tornillos, taladros, cuchillos y hasta piedras. Y, si bien Carbón admite que es dueño de una gran habilidad manual que cultivó durante sus años como obrero de fábrica y técnico en electrónica, este artista considera que sus creaciones requieren una buena dosis de pasión, creatividad y paciencia.
Orgulloso, pero también algo decepcionado, el artista narró que una de sus obras fue a parar a la Casa Blanca. “Le envié una pieza a Obama y recibí una copia de un documento con la fecha de entrega, la hora, el despacho y hasta el nombre de la persona que lo recibió. Pero después de eso, si te vi, no me acuerdo. El presidente nunca me respondió”, declaró.
Con un dejo de nostalgia, el artista confesó que esta es su última exposición, pues el estado de salud de su esposa requiere toda su atención. “Soy un hombre muy casero, pero definitivamente voy a a extrañar el arte”, concluyó. La muestra se exhibe hasta el 28 de abril.