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La Camerata Romeu se presenta hoy a las 8 p.m. en el Teatro 1887 del CENAC.
Caimán rítmico en clave de sol con notas negras y blancas, bañado en mar caribe y criado con puchero gallego, Cuba es ínsula milagrosa que no deja de desprender brillantes lágrimas de música, danza y poesía.
A este Festival traen también el teatro, pero aquí hoy hablaremos solo de la Camerata Romeu. (No olvidar que las Danzas Yorubas también son expresión isleña de lo más puro del folclore y que se presentan hoy y mañana a las 6 p.m. en el Cenac).
Pulsión femenina
Un octeto pulsa la cuerda de su sensibilidad femenina y las de sus instrumentos: a la Camerata Romeu la integran ocho jóvenes mujeres intérpretes de instrumentos de cuerda.
Surgió en el ámbito de la cultura musical de la isla con una fresca y rigurosa propuesta, abordando lo mejor del repertorio de cámara de la música cubana y universal.
Según señala la crítica, su selecto repertorio ecléctico muestra "un elegante estilo en el que se revela distinción, buen gusto y osadía, logrando sensualidad, pasión, lirismo y delicadeza, reafirmando su estirpe de artistas de clase, portavoces del sonido de nuestro tiempo, sin abandonar el vasto e importante repertorio clásico donde muestran con el rigor y la cultura propias de Bach, Mozart, Beethoven, Vivaldi, el hermoso caudal del patrimonio universal."
La Camerata Romeu ofrece obras de compositores como Leo Brower, Ernesto Lecuona, Esteban Salas, Heitor Villalobos, Astor Piazzola, así como piezas escritas originalmente para este formato y las compuestas y orquestadas para la Camerata por músicos de la talla de José María Vitier, Chucho Valdés, Andrés Alén, Gonzalo Romeú, Guido López Galán.
De lo más audaz que hacen es llevar a las salas de concierto lo mejor de la música popular de su país, en autores como Miguel Matamoro y Sindo Garay, de la tradición trovadoresca; Benny Moré, Pablo Milanés y Silvio Rodríguez, lejos del facilismo y el populismo, en búsqueda incesante de la intimidad, elevada técnica y cultura de estilo.
Esta agrupación tiene su sede en la Basílica Menor de San Francisco de Asís, convento del mismo santo ubicado en el casco histórico de la Habana Vieja, y ha realizado giras a México, Nicaragua, Rusia, Polonia, Yugoslavia, Suecia y España.
