Crítica de danza: Mora Godoy en la apertura del FIA 2017

La gran cantidad de personas que acudieron el jueves 29 de junio, desde tempranas horas de la tarde, a los alrededores de la Plaza de la Democracia, confirman la importancia que tiene el Festival Internacional de las Artes de Costa Rica (FIA) en la cultura nacional. La música y el movimiento fueron los protagonistas en esta larga jornada artística programada como parte de la inauguración, que arrancó a las 6 pm y terminó casi a las 10 de la noche.

Los primeros sonidos vinieron de cientos de intérpretes dirigidos por Marvin Araya y la argentina Andrea Merenzón, quienes tuvieron como invitado al maestro Gustavo Santaolalla que tocó al lado de los integrantes de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Costa Rica y los coros. Un repertorio de autores latinoamericanos demostró el talento de nuestras tierras.

Como segunda propuesta intervino la agrupación de tango que acentuó el sabor sureño, al ejecutar el espectáculo Bailando tango remix, pues el país invitado a esta XV edición es Argentina.

Los nueve bailarines dirigidos por la coreógrafa, directora e intérprete Mora Godoy, ocuparon un escenario ubicado en avenida segunda, en el cual derrocharon la sensualidad que permite el tango. En estas coreografías tanto hombres como mujeres mantuvieron a los espectadores entretenidos con sus ademanes y virtuosismo corporal motivados por los ritmos característicos de este género arrabalero.

Mora Godoy, artista que cuenta con un premio Guinness por haber bailado tango en la mayor altura, parece que ha comenzado a recolectar otros desafíos al bailar con altos políticos. Ya lo hizo con Barack Obama y en este FIA, logró llevar a nuestro presidente Luis Guillermo Solís al escenario, quien no se inhibió con sus desplantes dancísticos.

Bailando tango remix tiene poco de la esencia de la danza del lupanar, esos tangos llenos de tensión y movimientos viscerales. Al contrario, la propuesta de Mora Godoy es liviana, brillante, extrovertida, fue creada para entretener más que proponer una reflexión de un tema que se desarrolla con esos movimientos.

Sus resoluciones coreográficas las construyó para mostrar a sus talentosos intérpretes, quienes deben de estar atentos a los dinámicos juegos que propone para abarcar los diferentes ritmos del tango, que en este caso están llenos de influencias contemporáneas. Mora Godoy utiliza desde milongas hasta valsecitos en los cuales las cinco parejas, vestidas con brillantes trajes logran transmitir el placer de bailar.

Finalmente, como un delicioso postre, pudimos presenciar Pedaleando hacia el cielo, trabajo de circo aéreo creado por la agrupación belga Teatro Tol, que nos hizo mirar hacia la luna para disfrutar de una propuesta onírica de sutil belleza en la que los artistas (actores, bailarines, cantantes y músicos) flotaban entre las estrellas, en un despajado cielo josefino.

Es de esperar que la poca oferta de danza de esta edición del FIA no llene las expectativas de los amantes del arte del movimiento. Nada más queda ir a ver las obras y compartir con los artistas.