En el segundo estreno de 2017, la Compañía Nacional de Danza presentó Historia repitiéndose, del coreógrafo invitado Jimmy Ortiz, ejecutada por ocho bailarines.
Es un trabajo inusual de este creador independiente, quien en su vasta obra nos había acostumbrado a enfrentar temas interesantes con tratamiento profundo y resoluciones intrincadas, derivados de algunos textos e intertextos, que los dimensiona en el tiempo y el espacio.
Parece ser que, al enfrentarse a este nuevo elenco, Ortiz construye una propuesta que pretende llevarnos hacia lo esencial de la danza: el movimiento. Con este elemento creó un sinfín de secuencias en las que el virtuosismo fue el requisito fundamental para su ejecución. El elenco salió bien librado y debe de reconocérsele la limpieza durante la ejecución de toda la pieza, que duró casi una hora.
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Una primera lectura que le puedo hacer a este trabajo, en el que la abstracción predominó, es el manejo del espacio y las cualidades del movimiento. Con Historia repitiéndose me sentí ante un análisis de la teoría de la danza de Rudolf von Laban, ya que con los cuerpos de los bailarines pude ver los planos dibujados con precisión, así como el abordaje de los diferentes niveles en los desplazamientos y texturas logradas con el movimiento.
Pero a diferencia de las creaciones de Merce Cunningham, que gustó de dibujar en el espacio con cuerpos que acentuaban lo cerebral, Ortiz enfrentó a estos intérpretes a jugar con las emociones a la hora de ejecutar sus variaciones, en las que las combinaciones incluyen el grupal que se entrelaza con solos, dúos y múltiples combinaciones más. Todo este juego de formas se hizo apoyado en la banda sonora creada por Camilo Poltronieri.
Historia repitiéndose posee un escenario limpio de escenografía que permitió que el vestuario, responsabilidad de Ana María Moreno, saturado de diseños y texturas, atentara contra los esbeltos cuerpos del elenco. A esta diseñadora le he visto mejores creaciones de trajes para la escena.
En otro sentido, la luz de Luis Romero resultó funcional para apreciar a los bailarines en sus prolijas trayectorias. Aquí cabe mencionar que el coreógrafo potenció las posibilidades histriónicas del conjunto.
Por ejemplo: a Tamara Otárola y Camila González las mantuvo siempre en alta intensidad sin dar tregua ante la energía de los varones. Por el contrario, a Wendy Chinchilla nos la presentó en las contraescenas y le sacó provecho de su capacidad interpretativa y excelente proyección.
También cabe señalar que Mario Vircha dibujó los infinitos de las diagonales y otros puntos del espacio con aplomo y supo jugar con sus otros compañeros destacándose su intervención con Javier Jiménez o Fabio Pérez.
Historia repitiéndose es un trabajo que entretiene y permite un fácil acercamiento a la danza por su aspecto lúdico y buena ejecución. Además, muestra a bailarines que se enfrentan a una propuesta desafiante a nivel técnico.
Historia repitiéndose
Compañía Nacional de Danza
Coreógrafo: Jimmy Ortiz
Intérpretes: Wendy Chinchilla, Pablo Caravaca, Javier Jiménez, Fabio Pérez, Carlos Soto, Mario Vircha, Tamara Otárola, Camila González
Fecha: domingo 5 de noviembre de 2017, 6 p. m.
Lugar: Teatro de la Danza