Coreógrafos residentes es la primera actividad del 2015 de la Compañía Nacional de Danza, en la que se presentó un espectáculo conformado por tres obras.
Alexander Solano, Mario Vircha y Laura Murillo, integrantes de la agrupación, son los responsables de las coreografías que vimos: dos grupales y un unipersonal. En este sentido, la jornada resultó balanceada logrando consolidar un sello personal y, por consecuencia, significó un reto para el elenco oficial.
Es interesante que se retome el espacio para que los creadores de la CND logren fogueo, ya que, anteriormente, se había estado mostrando más trabajos de coreógrafos extranjeros.
En materia. De lo visto, comento que En la pared del fondo es el trabajo de graduación de maestría de Alexander Solano y se retoma como obra de repertorio. Esta es una composición que juega con dos discursos para plantear el tema de los miedos en la vida, esos que se arrastran de generación en generación.
Solano presenta un grupo que desarrolla el relato mediante lo teatral y otro por medio de lo lírico, ambos enmarcados en una sugerente y protagónica escenografía diseñada por él mismo.
Al término de En la pared del fondo no se logró la integración de ambos universos como parte de una realidad.
Piscis , unipersonal creado y ejecutado por Laura Murillo, es un trabajo que posee una duración adecuada, que permite exponer el tema del agua como elemento fundamental para la vida en nuestro planeta.
La autora, utilizó un lenguaje corporal rico en líneas y contrastes, que lo sostuvo desde el inicio hasta el final, y logró una brillante interpretación, en la que mostró un amplio espectro corporal, presencia y proyección, es decir, danza inteligente.
Es una lástima que la autora no le sacara mayor provecho al elemento escenográfico que genera tanta belleza plástica.
Para Fórmula sensible , Mario Vircha se inspirada en el texto de Masaru Emoto ( Mensajes de agua ) para plantear una composición que privilegia la línea y es de corte abstracto, reforzado tanto por el vestuario como la escenografía, diseñadas por el mismo autor.
Vircha usa el movimiento como la materia prima y enfrenta a sus bailarines ante resoluciones complicadas, llenas de cambios y dinámicas temporales, salpicadas de cualidades disímiles; además, muestra un grupo de intérpretes competentes que evidencian dominio corporal.
La caminada como lei motiv debe revisarse para evitar agotamiento en el recurso compositivo, especialmente antes del solo de Wendy Chinchilla.
General. En esta temporada, durante las 3 obras vi un elenco más cohesionado y con un nivel interpretativo adecuado para las propuestas; no obstante, sobresalen por sus intervenciones la invitada Natalia Herra, Pablo Caravaca y Wendy Chinchilla, en el trabajo dirigido por Solano quienes lograron momentos de mucha fluidez y lirismo.
En la obra de Vircha, destaco el dúo de Javier Jiménez y Roxana Coto, así como el solo de Chinchilla y algunos segmentos realizados por Murillo y Fabio Pérez.
Un aspecto que se debe mejorar es el tiempo de espera entre cada obra, pues son pausas muy largas que no llegan a ser intermedios.